El temporal de viento, que mantiene en alerta las comunidades de
Cantabria, País Vasco, Balears y Cataluña, se cobró ayer una nueva
víctima en las costas cántabras, con lo que suman seis los muertos
por los fuertes vientos que tienden a remitir. El temporal, que
sólo en Francia ha causado 60 muertes y más de cien en toda Europa,
apenas se sintió ayer en la Pitiüses si se compara con lo que
ocurrió en el resto de las Islas, donde se registraron rachas de
hasta 117 kilómetros por hora. El Parque Insular sólo tuvo que
asistir durante la noche ante el peligro de un desprendimiento.
En la costa de Cantabria, una mujer de 45 años, María Elena
Santiago Cortés, murió a causa de la baja temperatura del agua
cuando la embarcación en la que navegaba, junto a otra persona,
volcó por el viento. En Asturias, centenares de personas
despidieron a los dos trabajadores muertos anteayer en Mieres a
consecuencia del derrumbamiento de un muro. El País Vasco recuperó
la normalidad tras el vendaval que en la tarde-noche de anteayer
causó tres muertos, varios heridos, dejó sin suministro eléctrico a
numerosas localidades y provocó cortes de carreteras y retrasos
ferroviarios.
El temporal habían centrado ayer su virulencia en Cataluña,
Levante y Balears principalmente. Los servicios de emergencias
Mallorca se veían ayer desbordados. En pocas horas, y con un
incendio que ha devastado más de 200 hectáreas de cañizal junto al
parque natural de s'Albufera, tuvieron que intervenir en 200
ocasiones. En el canal de Menorca, a su vez, se registraron olas de
hasta cinco metros. En Cataluña, los bomberos hicieron en la pasada
madrugada unas 170 salidas y en Barcelona hacia las 5:00 horas el
viento derribó un andamio de una obra en la calle del Comercio, sin
causar heridos.
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