Agentes de policía y personal del juzgado en la casa del puerto de Eivissa donde apareció el cadáver del fotógrafo alemán de 44 años. Foto: GERMÁN G. LAMA.

Sólo un resultado inesperado en la autopsia de Thomas W., el alemán de 44 años cuyo cadáver en avanzado estado de descomposición fue hallado el pasado viernes en la casa que ocupaba en el puerto de Eivissa, dará un vuelco a la investigación que ese mismo día abrió Comisaría para aclarar las causas de su fallecimiento.

La investigación policial que se ha llevado hasta la fecha no ha encontrado ningún indicio de violencia en la muerte de este vecino de la Marina, de profesión fotógrafo «free lance». Este ha sido el resultado de las nuevas inspecciones oculares que se realizaron en el número 3 de la calle Cipriano Grijo, inmueble donde vivía de alquiler Thomas W., instalado en esta casa en septiembre y visto con vida por última vez a principios de noviembre, y de las restantes gestiones policiales que se han efectuado entre quienes le conocían. Thomas W., que sufría una minusvalía, fue descubierto muerto por un vecino que se acercó al anochecer a su casa , preocupado por no haberle visto en las últimas semanas. Tras detectar un fuerte olor en el inmueble, llamó a la policía. Los bomberos tuvieron que facilitar la entrada en la casa al personal judicial.

Comisaría, sin embargo, aún no ha recibido el resultado de la analítica de las vísceras preceptivo para poder cerrar el caso a no ser que aparezca alguna nueva circunstancia anómala, por lo que la investigación no se puede dar todavía oficialmente como finiquitada.