La consellera de Mobilitat, Pepa Marí, aseguró ayer que los ayuntamientos de la isla no han comunicado todavía al Consell d’Eivissa el número de taxis estacionales que aprobarán para esta temporada turística en el nuevo plan de licencias estacionales. De momento se conoce que Vila ha autorizado 147, nueve más que en el anterior plan, y Sant Antoni 94, 14 más que en 2017, mientras que se desconoce los de Sant Josep, Santa Eulària y Sant Joan.

En el anterior plan se establecieron 370 taxis durante los meses de verano y para esta temporada Pepa Marí aseguró que «tranquilamente» pueden alcanzar los 400 ya que todos los ayuntamientos «se comprometieron a aumentar o mantener los mismos taxis estacionales». «Desde el Consell promovemos que el mayor número de licencias posibles porque entendemos que a día de hoy, en verano, se necesitan más taxis», apuntó Marí, que recordó que también están de acuerdo en alargar la temporada de los estacionales, que este año pasan de operar de cuatro meses a cinco. «Lo que nos interesa a todos es tener un mejor servicio de taxi», añadió.

El actual plan caducó al acabar la temporada pasada y actualmente los cinco ayuntamientos de Ibiza continúan trabajando en el nuevo plan de estacionales del sector del taxi, que estará vigente este año y el que viene. La temporada pasada, únicamente Sant Josep solicitó ampliar de cuatro a cinco meses las licencias estacionales, una medida que se aplicará a partir de ahora en todos los municipios.

Uniformes

Por otra parte, Pepa Marí aseguró que se está trabajando en la propuesta de que los taxistas lleven uniforme. Según detalló, la Conselleria de Indústria, que dirige Marta Díaz, está manteniendo reuniones con el sector del taxi y diseñadores para establecer un modelo de uniforme, aunque no sabe si estará listo para esta temporada. «Los taxistas se han concienciado de que ir uniformados, reconocibles de cara a los usuarios del taxi y que de alguna manera se les diferencie de los taxis pirata, puede ser una buena herramienta para ellos», señaló Marí, quien apuntó que «hace unos años a lo mejor hubieran puesto el grito en el cielo pero ahora ellos mismos son los que en parte lo piden».