La noche de este pasado lunes, Núria Riera seguía, tal como hace cada año, la gala de los premios Sol Repsol «con los mismos nervios de siempre». Y es que el restaurante en el que ha crecido, el histórico Ca n’Alfredo, se encuentra entre los pocos que poseen este reconocimiento desde hace más de una década, revalidándolo año tras año.
«Revalidar el título es tan importante, tan difícil y tan emocionante como conseguirlo por primera vez. Estamos muy contentos y nos sentimos muy honrados con esta distinción», explica Riera mientras desvela los ingredientes básicos de la receta del éxito de Ca n’Alfredo desde 1934: «Constancia, disciplina y muchísimo trabajo». Unos valores que Riera aprendió junto a su abuelo Pep y que mantuvo junto a sus padres, Joan y Cati, «desde que era una niña y tenía que subirme a una caja de Coca-Cola para llegar al fregadero». Y es que no es de extrañar que sea uno de los restaurantes favoritos no sólo de los ibicencos sino también la opción elegida por muchos visitantes para degustar la cocina tradicional ibicenca.
La tercera generación de los Riera al frente del mítico restaurante de Vara de Rey reivindica la dificultad de revalidar esta distinción: «Quienes la tenemos, sabemos lo difícil que es mantenerla y todo el trabajo que hay detrás». «Cada año es un nuevo reto y cada vez es más difícil mantenerlo», reconoce Riera, quien asegura que «Ibiza no es un territorio fácil para lograrlo». Se refiere a que «es muy complicado mantener el servicio que una quisiera con los problemas de personal que sufrimos en toda la isla. Esto nos obliga a los propietarios a esforzarnos todavía más para mantener el nivel».
«Tengo la suerte de contar con gente que lleva muchos años con nosotros y estoy muy contenta, pero cada vez hay más rotación de personal, y eso dificulta ofrecer un buen servicio, lo que me obliga a estar siempre pendiente de todos los detalles», explica la responsable de Ca n’Alfredo.
En este sentido, Riera destaca que, además del trabajo que desarrolla en la cocina del restaurante, «siempre estoy saliendo a saludar a los clientes y a comprobar que todo está funcionando correctamente, para que el cliente reciba el servicio que se merece».
Riera vincula el problema de la falta de personal cualificado a «la situación de la vivienda en Ibiza, que hace imposible que una familia pueda venir y asentarse aquí. Esto provoca que muchos trabajadores lleguen más atraídos por la aventura de una temporada en la isla, combinando fiesta y trabajo de cualquier manera, en lugar de establecerse para trabajar y vivir aquí durante todo el año».
A las dificultades del sector, Núria añade que «otros sectores, con los que no podemos competir, se llevan a los trabajadores de la restauración», además de factores como «el intrusismo, los negocios piratas o el hecho de que tengamos que compartir el mismo convenio de hostelería con los hoteles, que tienen márgenes de beneficio que no se parecen en nada a los de un restaurante como el nuestro. No podemos competir».
Para todos los públicos
Otra de las reivindicaciones de Riera gira en torno a «los restaurantes de toda la vida, que se mantienen en una línea accesible para todos los públicos, como siempre se ha hecho, alejados del nivel más elitista que empieza a predominar». «Todo el mundo tiene derecho a disfrutar de una buena gastronomía como la nuestra», insiste Riera, quien defiende el espíritu de restaurantes como Ca n’Alfredo: «Debemos seguir existiendo en Ibiza. Los restaurantes de aquí, gestionados por familias de aquí durante generaciones, formamos parte de la identidad y la cultura de la isla».
Una última reivindicación sin duda influenciada por el reciente cierre del restaurante San Juan, «un restaurante coetáneo al nuestro, llevado durante generaciones. Nuestros abuelos eran amigos y fueron de los primeros en servir a los turistas que llegaban a la isla, además de ser un referente para toda la gente de Vila».
«Es una pena que desaparezcan los negocios de toda la vida», concluye Núria, mientras el resto de ibicencos celebra la constancia y el reconocimiento del Sol Repsol a uno de sus restaurantes de siempre.
3 comentarios
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Desde que fui una vez y pedí un con miel (de Ibiza, según la carta) y vi al camarero coger el bote de Miel de la Granja San Francisco no he vuelto más...
Para los redactores de este periódico, todo lo que haya en Ibiza es mítico o emblemático.
Enhorabona!