Salvador Roig en su despacho de Vila. | Toni Planells

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La chimenea de Ladrilleras Ibicencas, ubicada en Can Clavos, ha sido testigo durante más de seis décadas del desarrollo industrial de Ibiza. Sin embargo, la histórica estructura se ha visto recientemente gravemente dañada por un rayo durante la tormenta del 31 de diciembre de 2024, lo que ha provocado una grieta significativa en su cara oeste y ha generado una serie de desperfectos visibles en la construcción. Este incidente ha abierto un debate sobre el futuro de la chimenea, que es considerada un elemento protegido dentro del patrimonio industrial de la isla. Actualmente, las autoridades locales y los propietarios están trabajando en conjunto para determinar las posibles acciones a tomar, ya sea la restauración o la demolición de la estructura, siempre respetando su valor histórico y cultural.

Construida entre 1956 y 1960, esta chimenea supuso el nacimiento de Ladrilleras Ibicencas, representando un importante vestigio del pasado industrial de la isla. Una estructura concebida como parte del auge de la industria de la construcción en Ibiza durante la segunda mitad del siglo XX.

Importancia histórica

La chimenea de ladrillo es un recordatorio tangible de un periodo en el que Ibiza comenzaba a experimentar un crecimiento económico ligado a la construcción y al turismo. Este tipo de estructuras industriales, aunque comunes en otras regiones, son relativamente escasas en el contexto insular, lo que le confiere un valor añadido como elemento singular en el paisaje de Santa Eulària.

El arquitecto ibicenco Salvador Roig ‘Cardonet’ destaca la complejidad de esta construcción: «Se trata de una obra muy complicada, mucho más si tenemos en cuenta la época en la que se construyó, para lo que era necesaria mucha experiencia y una cabeza muy clara». Roig añade que «en esa época trabajaban los ‘mestres d’obres’ de la isla, que eran una gente muy válida y preparada. Sin embargo, no me extrañaría que en esa obra se hubieran implicado otro tipo de técnicos más expertos en este tipo de construcciones para supervisar, por ejemplo, la verticalidad de la estructura».

Además, Roig señala precedentes de construcciones similares en la isla: «Hay precedentes de construcciones parecidas, como la de la Torre de ses Mines de s’Argentera, que aparece en el catálogo de Patrimonio de Santa Eulària donde, sin embargo, no sale esta chimenea (hay que reconocer que este catálogo es insuficiente a todas luces: hay muchos elementos patrimoniales que merecen incorporarse a este catálogo). Para esta construcción, probablemente se implicaron técnicos de Obras Públicas como los que construyeron, por ejemplo, los faros».

La chimenea no solo tiene importancia histórica, sino también paisajística y territorial. Según Roig, «además de suponer uno de los pocos ejemplos de la arquitectura industrial, esta chimenea representa también una ‘fita’, tanto paisajística como territorial». El arquitecto añade que «viene a ser como una marca de un antiguo cruce de caminos, donde termina ‘Es Pla de Vila’ para ir hacia ‘Es Amunts’. Toda esta zona es muy importante, patrimonial y culturalmente que se ha ido transformando durante el tiempo; este es uno de los últimos elementos que quedan». Roig subraya: «Esta chimenea tiene un valor patrimonial innegable, no se puede derribar así como así».

Protección legal

El documento de las Normas Subsidiarias (NNSS) del planeamiento urbanístico de Santa Eulària, publicado en el BOIB (Núm. 20 EXT del 8 de febrero de 2012), incluye una mención específica a la chimenea en su apartado 1.14.13, punto g. Este señala su relevancia histórica y establece medidas específicas para garantizar su protección.

Según estas normas, la chimenea está catalogada como un elemento a preservar, lo que implica restricciones en cuanto a posibles modificaciones o intervenciones que puedan alterar su integridad. Las NNSS destacan que cualquier actuación sobre la estructura debe respetar su valor histórico y paisajístico, asegurando así su conservación para las futuras generaciones.

Salvador Roig también comenta sobre los desafíos técnicos actuales: «Sea cual sea el destino final, depende de los informes sobre los desperfectos provocados por el rayo, va a ser muy complicado: tanto para restaurarla como para derribarla necesita todo un andamiaje y elementos de seguridad, así como medidas para evitar que colapse».

En definitiva, el futuro de la chimenea de Ladrilleras Ibicencas será un reflejo del equilibrio entre la preservación del patrimonio histórico y los desafíos técnicos que plantea su restauración. La posibilidad de su demolición también está sobre la mesa, aunque el valor patrimonial que representa y su inclusión en las Normas Subsidiarias de Santa Eulària como elemento protegido sugieren que su conservación podría ser una prioridad. Las decisiones que se tomen en los próximos meses determinarán si esta emblemática estructura continuará siendo un símbolo del paisaje y la memoria industrial de Ibiza o si se desaparecerá para siempre.