Toro Mar de Ibiza.

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Un equipo de la empresa mallorquina Guardians Control, acompañado por el abogado Lázaro Lucio de Oliveira, ha culminado este martes dos jornadas de trabajo para desokupar el mítico Toro Mar de Ibiza, lo que antaño fue una antigua academia taurina, con un pequeño coso en su interior, ubicada en pleno paraje natural de Ses Salines, en el municipio de Sant Josep.

Según explican desde esta empresa de desokupación, en el interior de las instalaciones había una quincena de personas de etnia gitana, que al parecer llevaban residiendo de forma ilegal en este recinto privado desde hace seis meses, pues la Guardia Civil certificó en junio de 2024 que este inmueble estaba libre de okupas, según ha explicado a Periódico de Ibiza y Formentera Tomeu Carbonell, director de seguridad de la empresa Guardians Control. En este sentido, la empresa Guardians Control estableció un control de acceso este lunes a las 11.00 horas, de manera que todo aquel que saliera ya no podía volver a entrar a las instalaciones. El desalojo se ha dado por concluido a las 13.00 horas de este martes. Inicialmente, las 15 personas de etnia gitana han mostrado una «actitud agresiva» al ver que iban a ser desalojados, pero poco a poco se han ido calmando y han llegado a un acuerdo con la propiedad. Los moradores ilegales tenían varios perros y gallos de pelea que han pasado a ser custodiados por Natura Parc.

La Guardia Civil ha estado presente en el momento de la desokupación, levantando un atestado que certifica que el establecimiento, antigua academia taurina con una pequeña plaza en su interior, ha quedado vacío y ha sido devuelto a su propietaria, la empresaria Nieves Carmona. Después de dos intentos fallidos, el equipo de Guardians Control ha concretado la salida de los okupas con el mismo método que llevó a cabo días atrás en el complejo turístico Bellevue del Port d'Alcúdia.

Cabe recordar que un juzgado ordenó el derribo del complejo Toro Mar, construido entre 1999 y 2002 en el interior del Parque de Ses Salines, en zona ANEI y sin disponer de licencia. Un recinto que, años después, fue adquirido por el que fuera propietario de Pacha, Ricardo Urgell, que ya no es dueño de Pacha, con el fin de reformar el complejo para darle un nuevo uso como establecimiento de ocio o discoteca, aunque finalmente no pudo llevarse a cabo este proyecto.

Se desconoce, por el momento, qué planes tiene la propiedad para el mítico Toro Mar de Ibiza.