Lo primero que hizo Vicente Boned cuando supo que se le iba a entregar una placa fue buscar su viejo carnet de socio del Club. En el documento puede comprobarse cómo se unió a la conocida entidad un 17 de noviembre de 1953.
«Le hizo mucha ilusión saber que le daban esta placa. Está muy contento», reconocía su hija Nélida Boned.
Mar, de ocho años, recogió ayer la placa dedicada a su bisabuelo José Balanzat, de 94. La pequeña es la quinta generación de una familia ibicenca vinculada al Club y no es un caso excepcional puesto que son numerosas las sagas locales relacionadas con la centenaria entidad.
Antonio Ferrer, también de 94 años, y Rafael Capitán, de 86, recogieron sendas placas que les reconocieron como socios del Náutico durante más de 70 años. Capitán recordó cómo se hizo con el carnet por los bailes del Club, aunque acabó formando parte de la directiva: «He pasado toda mi vida acudiendo a la sede dos o tres veces por semana. Nos reuníamos unos amigos y siempre había alguno que traía algo. Era un plan entre compañeros en un ambiente muy tranquilo».
«Nos han quitado algo nuestro»
Sobre la situación actual del Club, este veterano socio consideró «difícil» que todo vuelva a ser como antes.
Precisamente, la pena por todo lo sucedido tras la pérdida de la concesión estuvo presente ayer entre muchos de los asistentes a la celebración de los 100 años del Club. Es el caso de Mariano Castelló, socio desde hace 50 años. «Voy allí porque tengo un ‘llaüt’. Si no, no iría. Mucha de la gente ya se ha ido», lamentó.
También Alfredo y su hijo Juan Carlos, ambos socios, lamentaron la pérdida de la concesión «porque nos han quitado algo nuestro». «Yo creo que la recuperaremos, pero hay que dejar de vender las cosas con tanta facilidad y hay que pelearlas», concluyeron.
Sebastián Vidal, director de la escuela de vela, aseguró que, en clave deportiva, intentan seguir adelante compitiendo y tratando de lograr todas las victorias posibles. «Intentamos hacerlo lo mejor posible con las instalaciones que ahora tenemos», afirmó.
Sergi Ribas, un joven regatista vinculado al Club desde niño, destacó que es «todo un orgullo» poder formar parte de una entidad centenaria. «Me parece todo un espectáculo la fiesta de hoy», insistió.
Sin duda, el 5 de mayo de 2024 quedará grabado en la memoria de los ibicencos como el día en el que el Club Náutico Ibiza tuvo que dejar sus históricas instalaciones en el puerto de Ibiza tras 99 años de historia. Dos semanas antes, el Consejo de Administración de la Autoritat Portuària de Balears (APB) decidió entregar la gestión a la empresa Puertos y Litorales Sostenibles S.L.
A pesar de las dificultades tras perder la sede, los socios del Club celebraron en diciembre su asamblea anual y votaron por unanimidad a favor de la continuidad, pese a que la tesorería se había visto mermada al perder los ingresos de los amarres transeúntes. La pasada semana, Damià Verdera se convirtió en el nuevo presidente de la entidad fijándose como uno de sus objetivos encontrar una sede con salida al mar para iniciar así una nueva etapa.
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Como engañaron a esta gente los puñeteros politicos