Un rebaño de ovejas en Ibiza.

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El director insular de Medio Rural y Marino del Consell d’Eivissa, Joan Marí, ha mostrado este lunes su «preocupación» ante los ataques de perros sueltos a ganado que siguen dándose en la isla y que están afectando a las pequeñas explotaciones ibicencas. La última en denunciar esta situación ha sido Can Purtell, que en un mensaje publicado en Instagram ha asegurado que varias de sus ovejas fueron atacadas por cuatro perros sueltos que «tienen dueños y viven cerca». El mismo rebaño ya fue atacado en 2021, con el resultado de la muerte de cuatro corderos.

Ante esta situación, Joan Marí ha señalado, en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, que estos ataques «hacen daño» a las explotaciones ganaderas de la isla. Por ello, ha exigido «responsabilidad a los dueños de perros para que los tengan controlados en sus propiedades». También ha recordado que los perros han de ir «atados» aunque estén paseando por el campo y más si existe la posibilidad de que ataquen al ganado que pueda haber en la zona.

El director insular de Medio Rural y Marino también ha recordado que los ganadores pueden acceder una línea de ayudas para estos casos. Así, si el animal ha fallecido por culpa del ataque de un perro, el Consell ha habilitado este año una ayuda de hasta 80 euros y la reposición. «Es una linea a la que se pueden acoger los ganaderos cuyas ovejas o cabras han fallecido por ataques de perros», ha subrayado Marí.

Por otro lado, también ha indicado que «los servicios de veterinarios del Consell están siempre atentos para atender a los ejemplares que han sido atacados y continúan con vida». Sin embargo, ha añadido, «tristemente, solemos enterarnos cuando ya es tarde. Pero los veterinarios del Consell asisten y asesoran a los ganaderos cuando esto ocurre».

En el caso de Can Purtell, los responsables de esta explotación han explicado en su mensaje que un gran número de ganaderos de la isla ha sufrido este tipo de ataques en los últimos años. Esto tiene como consecuencia, han asegurado, que muchos de ellos hayan dejado de criar ovejas porque «no pueden protegerlas».

«Ibiza era una isla donde no hace mucho cada hogar tenía entre 10 y 20 ovejas cabras», han recordado desde Can Purtell, «y ahora hay más perros que ovejas y una población urbana que no respeta los códigos rurales».