Josep María Tugues, este viernes, en Sa Nostra Sala. | Irene Arango

TW
0

Barcelonés de origen, llegó a Ibiza de la mano de su mujer, originaria de la isla, después de conocerse cuando ambos estudiaban en la ciudad condal, él medicina y ella, enfermería. Josep María Tugues es un médico jubilado que ha ejercido por más de 30 años en la isla. Cuando llegó, en 1973, comenzó en su profesión en lo que se conocía como «el ambulatorio», ubicado donde actualmente se encuentra la Policía Nacional. Aquel fue el primer centro sanitario que se inauguró en Ibiza, en 1971.

Este viernes ha ofrecido una charla, en Sa Nostra Sala, integrada dentro de un ciclo de estas. La suya «La medicina en Ibiza y Formentera la segunda mitad del siglo XX y el primer tercio del XXI» da buena cuenta de su temática tan solo con el título. Para empezar, el cambio más diferencial desde que el llegó han sido los recursos con los que se cuentan « empezamos con un termómetro y un estetoscopio y ahora tenemos TACs, resonancias magnéticas... Un cambio que ha sido acorde a la ciencia y a la sociedad».

El primer hospital que se inauguró en la isla lo hizo en 1955, bajo el nombre de «Centro de beneficiencia», en la Avenida Espanya, donde actualmente se encuentra la sede del Consell Insular. En aquel entonces «había médicos que hacían una labor muy importante, como los médicos Pepet o Pujolet, que eran médicos de especialidad, y los cirujanos, como el doctor Alcantara o el doctor Villangómez».

Noticias relacionadas

«Durante los años 60 todavía se mantenían en la isla las especialidades clásicas, como la cirugía, la traumatología... Sin embargo, a finales del siglo XX comenzaron a llegar los superespecialistas, como los oncólogos, los digestólogos... estos no estuvieron hasta finales de los años 90», explica Tugues. Él, en su labor como médico, tuvo que hacerse cargo de todos esos pacientes afectados por cáncer hasta el año 2000.

Sobre el futuro de la medicina ha versado la última parte de la charla, analizando las ventajas e inconvenientes. En el lado positivo de la balanza «está el avance de la tecnología que es, sin duda, un gran apoyo», señala el médico. Sin embargo, también ve cosas negativas «quizás la medicina se ha deshumanizado. El médico es muy técnico y a veces mira más la pantalla del ordenador que al paciente. El médico de antes tenía mucho contacto físico y visual con el paciente».

Sobre este punto, lo vincula directamente con la alta carga de trabajo, especialmente en Atención Primaria. «Al médico le dicen que tiene tantos pacientes por hora, y llega un momento en el que se satura a causa del estrés». Como la otra gran parte negativa de la medicina actual señala las largas listas de espera, y concluye con una reflexión «quizás las instituciones y los políticos no están poniendo todos los esfuerzos necesarios en arreglar esta situación».

Como gran reto para la medicina del futuro, Tugues apunta a todas esas enfermedades que a día de hoy siguen sin cura. «Por ejemplo la diabetes, el VIH o muchos de los cánceres no tienen una cura. Tenemos una medicina muy efectiva para paliar las consecuencias de estas enfermedades, pero no tenemos una cura. Encontrarla debe ser el gran reto de la medicina que viene».