Un conductor de Uber relata su día a día en Ibiza: «Es como vivir en un videojuego»

El joven lleva trabajando en la isla desde el verano pasado. | FortFast WTF

R.I.Ibiza19/02/25 14:20
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No es novedad que muchas personas llegan a Ibiza durante los meses de temporada alta para trabajar en el sector turístico. Entre ellos está Carlos García, que vino el año pasado para ser conductor de VTC y actualmente reside en la isla.

En el canal de YouTube Fortfast WYF ha explicado su experiencia trabajando en este sector, donde le han ocurrido tanto anécdotas buenas como algunas más negativas. Asimismo, detalla que muchos vienen a trabajar a Ibiza por el dinero que se gana, ya que el sueldo, en comparación a la Península «es mejor», pero que cuando llegó tuvo que pagar 600 euros por dormir en el sofá de un estudio.

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En su primera temporada, cuando le preguntan por alguna historia y recuerda la primera que hizo con Uber, donde explica que recogió a cuatro jóvenes de una discoteca en la madrugada y que una de ella le ofreció hacer con otra amiga un trío. El joven aceptó la propuesta. «Tenía 45 minutos de descanso», afirma sobre el motivo por el cual se quedó. Asimismo, sobre otro viaje cuenta que le dieron hasta 500 dólares por recomendar sitios a un hombre para llevar a su pareja.

Aunque estas historias son buenas, no siempre ha sido así. Durante un viaje cuenta que tuvo que ir a buscar a una villa dos chicas jóvenes, de alrededor de 18 años, y que estuvieron al menos 15 minutos para salir e iban llorando. Una vez en el vehículo estas le contaron que habían sido contratadas para ser chicas de compañía, sin tener nada sexual, y que al final intentaron propasarse. El joven afirma que esa noche lo pasó mal cuando llegó a su casa y que no pudo dormir.

Otra historia que hizo que tuviese miedo fue cuando llevó a una casa a un hombre y que allí apareció un guarda de Europa del Este con una pistola. Este le preguntó que qué hacía en la villa y tuvo que explicar que era conductor de Uber y que estaba trayendo a un cliente. «Vivir en Ibiza es como vivir en un videojuego», afirma.