Es Camí Vell de Sant Mateu es una ruta ibicenca ancestral que ha permitido cruzar la isla desde Vila hasta Aubarca durante siglos. En su cruce de caminos con es Puig d’en Valls se encuentra uno de los establecimientos más populares de la isla desde hace más de tres décadas, que toma el nombre de esta vía: Es Camí Vell.
Historia
Se trata de un bar y restaurante que pusieron en marcha los hermanos Tur Marí, de Can Porxo, Joan, Miquel y Pep, en 1992. Los de Can Porxo regentaron también, durante años, otro bar en el mismo es Puig d’en Valls, Es Pescador, que «se les quedó pequeño y decidieron abrir este local a unos metros del otro bar», tal como explica José Antonio González, quien se incorporó a la plantilla hace casi tres décadas y que en la actualidad ejerce como encargado del establecimiento.
Un establecimiento que estuvo bajo la gestión de los de Can Porxo hasta después de la pandemia del COVID, cuando decidieron jubilarse. Tras una etapa con el primogénito de Joan ‘Porxo’, Juan Carlos, al mando, Gabriel Rinaldi asumió la gerencia del local, que continúa a día de hoy.
Esencia
«He intentado pasar desapercibido desde el primer momento y prácticamente lo único que he hecho es darle un pequeño retoque a la carta», explica Rinaldi sobre el restaurante, en referencia a la continuidad del perfil que emprendieron los de Can Porxo.
La continuidad de Rinaldi en la gestión de Es Camí Vell y su empeño por mantener el mismo espíritu de siempre se reflejan en buena parte del personal del restaurante, que cuenta con cerca de 20 profesionales. Encarna, Mari Carmen, Juanma, Daniel o Salud se incorporaron a la plantilla entre 1999 y 2004. Sin embargo, el más veterano del equipo es Vicent, quien comenzó su servicio en Es Camí Vell el mismo día de su apertura.
Fórmula
«La verdadera fórmula del éxito de Es Camí Vell es la relación calidad-precio, además de la rapidez y el servicio», asegura Vicent. Al respecto, Rinaldi apunta: «Hacemos un gran esfuerzo por mantener los precios asequibles», mientras afirma que, en algunos de los cerca de 20 platos de su menú, «la ganancia es prácticamente nula, porque la prioridad es siempre la calidad: este es el lugar más barato de España donde te puedes comer un pulpo a la gallega».
La rapidez del servicio a la que se refería Vicent tiene que ver con el perfil de la clientela de Es Camí Vell: «Gente de todo tipo, que trabaja y quiere comer rápido». Un perfil de cliente que ha ido cambiando a lo largo de las décadas, tal como explica el veterano camarero: «Antes venían muchísimos representantes de la Península o de Mallorca, pero ahora, con la llegada de internet y del teletrabajo, han dejado de venir».
Cambios
Otros cambios que ha presenciado Vicent respecto a las costumbres de la clientela tienen que ver con el consumo de alcohol, del que asegura: «Ha pasado a ser prácticamente nulo: el vermut o el coñac que vendíamos en un solo día, ahora lo vendemos en más de un mes. Ahora prácticamente nadie sabe lo que es un Fino Laína, un Ricard o un Campari, sin hablar del ‘sol y sombra’: ya quedan muy pocos de la generación que tomaba estas cosas».
Salud y Vicent recuerdan con humor «cuando se hacían tantas despedidas de soltero y de soltera. Para unos italianos tuvimos que hacer 23 parrilladas de carne y dos de pescado».
Clientela
La fórmula que desvela Vicent encaja a la perfección con la percepción de la clientela. «El servicio siempre ha sido estupendo», asegura Julián desde la barra, mientras Antonio añade: «La rapidez con la que te sirven también es muy importante, igual que la calidad-precio, que es todo lo que debe tener un lugar como este». Ambos, vecinos de es Puig d’en Valls y clientes de Es Camí Vell desde hace décadas, también coinciden en destacar la ‘frita de polp’ como una de sus tapas favoritas, «aunque todo está buenísimo».
Pepita también es testigo de la calidad de la cocina de Es Camí Vell: «No soy de es Puig d’en Valls, pero últimamente vengo más a menudo que nunca a buscar comida para llevar. Aquí todo es correcto y acertado. Por eso siempre está lleno a la hora de comer», asegura mientras espera sus raciones de paella, uno de los platos más populares cada viernes, junto al cordero al horno de los jueves y sábados. «Que no se me olvide llevarme esa tarta de manzana, que tiene una pinta estupenda», piensa en voz alta mientras aguarda su pedido.
Camilo presume de ser el cliente más veterano de Es Camí Vell: «Soy más antiguo que el local», asegura para explicar que «antes de que abriera Es Pescador, yo ya era cliente de Miquel en Talamanca, donde tenía el Sol Fort: llevo aquí media vida». «Yo solo llevo viniendo 30 años», comenta con humor su pareja y comensal, Mirelle, quien pone en valor «los potajes o la ensalada de pollo» a la hora de elegir alguno de sus platos favoritos de la carta.
«Aquí estoy en casa», asegura Vicent, otro de los veteranos del barrio y habitual de Es Camí Vell. «Como mínimo, cada viernes vengo a comer la paella; lo llevo haciendo desde que tenían Es Pescador».
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