Allí, una sola trabajadora atendía esta mañana a prácticamente una decena de personas que aguardaban pacientemente su turno, mientras que la segunda ventanilla permaneció cerrada al público.
Carlos, uno de los usuarios que salía de la oficina, relató que justo cuando le tocaba ser atendido, la segunda ventanilla pasó a tener un cartel donde podía leerse ‘Mostrador cerrado’. «Sabes que si vienes aquí tienes que esperar sí o sí», señaló el vecino que aseguraba haber esperado unos 20 minutos, algo habitual en su día a día ya que utiliza mucho el servicio para realizar envíos por plataformas de compra y venta de productos.
La frustración de este residente la compartieron también otros usuarios que tuvieron que lidiar con la ya conocida falta de personal en el servicio de mensajería. «Son muy lentos. Aquí es mejor venir a las tres de la tarde, cuando no hay gente, que ahora», explicó un vecino de la zona.
Los problemas de personal en Correos no son nuevos. Hace menos de una semana, la oficina de Sant Jordi generó quejas e indignación de los usuarios por la reducción de horarios ante la falta de efectivos para cubrir los turnos de tarde.
A esto se suma el arrastre de vacantes sin cubrir y una sobrecarga de trabajo que afecta al servicio.
«La mayoría de veces tienes que armarte de paciencia para venir aquí o tener toda la mañana libre. Aunque es cierto que por la tarde suele haber menos gente», explicó Sara, que se disponía a recoger un paquete.
No obstante, la saturación de clientes y falta de personal es algo que se hace notar principalmente en la oficina de Sant Jordi. Este miércoles, la sede central ubicada en Isidor Macabich vivió una mañana sin ninguna incidencia y prácticamente cuatro trabajadores para atender a una escasa clientela.
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