La intervención que se llevará a cabo en estas vías contempla la renovación de la totalidad de las infraestructuras. | Irene Arango

El Ayuntamiento de Ibiza ha sacado ya a adjudicación la remodelación integral de las calles Santa María y Pintor Mariano Tur de Montis, en el barrio de Dalt Vila. Un proyecto que tendrá un coste de 753.891 euros (IVA incluido), financiados íntegramente mediante los fondos europeos Next Generation y a través del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad.

La intervención que se llevará a cabo en estas vías contempla la renovación de la totalidad de las infraestructuras, prestando especial atención a las redes separatistas y a la mejora de la eficiencia energética del alumbrado público, según ha explicado el concejal de Patrimonio, Juan Flores. Además, la memoria del proyecto indica que en lo que a los acabados se refiere «se seguirán criterios aplicados en otras calles del conjunto con el objetivo de mantener la uniformidad estética del espacio urbano».

«Lo que se pretende es mejorar un espacio urbano del conjunto histórico de la ciudad», ha señalado Flores, «y la actuación consiste en la renovación de las infraestructuras y acabados de una vía histórica que pasa muy cerca del pie de la muralla renacentista».

Todo con el objetivo final de «generar un atractivo espacio patrimonial que respete los valores tradicionales al tiempo que mejora la. Accesibilidad y el paso de peatones por las calles de Dalt Vila», según se indica en la memoria que acompaña al proyecto y que ha sido ya publicada en la Plataforma de Contratación del Estado.

Entre las intervenciones previstas se encuentra la reposición del pavimento, que se llevará a cabo con «piedra recuperada de gran tamaño en todo el itinerario peatonal d ella zona de actuación, confinado transversalmente por un encintado de adoquín de granito gris labrado rústico que da continuidad en toda la actuación al patrón generado en las zonas escalonadas en los accesos a la calle Pere Tur».

También está previsto generar «un espacio estancial a los pies de la muralla conformado por bancos y sombrajos tipo vela con vegetación», según se indicaba en el proyecto, redactado por el arquitecto Luis Quesada. «Con la actuación se suavizan ligeramente las pendientes acusadas en el entorno amurallado de Dalt Vila, siempre respetando el enclave histórico en el que se centra la actuación», se añade en el documento, «por lo que no se generan cambios acusados en alineaciones, si bien esta mayor suavidad en las pendientes y la mejora de los pavimentos reman con el objetivo de generar un espacio más amable para el peatón».