Incendio en Citubo.

El 6 de junio de 2024, una gran columna de humo sobresaltó a buena parte de los habitantes de Ibiza. Se trataba del incendio de gran magnitud que devastó la nave industrial de Citubo, ubicada en el polígono de Can Frígoles, junto al aeropuerto de Ibiza. Aunque el fuego consumió completamente las instalaciones y sus materiales, la pronta actuación de los servicios de emergencia evitó un desastre mayor que podría haber afectado también a naves contiguas y a un depósito de 14 toneladas de combustible situado en las inmediaciones.

Origen y propagación

El incendio se originó en el exterior de la nave alrededor de las 13:00 horas, posiblemente relacionado con actividades realizadas en esa área. Las llamas, alimentadas por materiales altamente inflamables como disolventes, pinturas, plásticos y telas, se propagaron con rapidez al interior del almacén. Los sistemas automáticos de rociadores contra incendios entraron en funcionamiento, pero la reserva de agua se agotó rápidamente, lo que permitió que el fuego ganara intensidad.

Miguel Sevilla, jefe de los Bomberos de Ibiza, explicó que la magnitud del incendio obligó a los efectivos a trabajar desde el exterior de la nave. «La carga de fuego en el interior era inmensa debido a la acumulación de materiales combustibles y al alto calor generado», afirmó. También destacó que el punto de ignición estaba repleto de palets, lo que contribuyó a la rápida propagación de las llamas.

En la extinción participaron hasta 20 efectivos de distintos cuerpos, incluyendo los bomberos del Parque Insular de Ibiza y los camiones de agua y espuma del aeropuerto de Ibiza. Además, se desplegaron dos autobombas, dos vehículos nodriza, una autoescalera y otros recursos especializados. La utilización de espuma a alta presión fue crucial para controlar el fuego y evitar que se propagara a las estructuras adyacentes.

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El principal reto fue proteger las naves contiguas, entre ellas una tienda de alquiler de vehículos con 200 coches estacionados, muchos de ellos eléctricos, y el depósito de combustible cercano. Aunque uno de los coches sufrió daños parciales, se evitó que el incendio alcanzara al depósito, lo que habría provocado una situación catastrófica.

El colapso de la estructura de la nave era una preocupación constante durante las labores de extinción. Sevilla explicó que las altas temperaturas y los cambios bruscos de calor generados por el incendio debilitaban la estructura metálica, aumentando el riesgo de derrumbe. Por este motivo, se priorizó la seguridad de los efectivos, que trabajaron perimetralmente para contener las llamas.

El alcalde de Sant Josep, Vicent Roig, y el conseller de Gestión Ambiental, Ignacio José Andrés, se desplazaron al lugar para supervisar la situación. Ambos agradecieron la dedicación de los equipos de emergencia y destacaron la colaboración entre los diferentes cuerpos para evitar daños mayores.

Aunque el origen exacto del incendio sigue bajo investigación, los primeros indicios apuntan a una actividad realizada en el exterior de la nave. Testimonios y pruebas recopiladas serán fundamentales para esclarecer las causas y prevenir incidentes similares en el futuro.

Balance final

A pesar de la devastación total de las instalaciones de Citubo, no hubo que lamentar víctimas. Los 20 empleados que se encontraban trabajando en el almacén fueron evacuados de manera oportuna, y solo se registró un caso leve de inhalación de humo en una persona mayor vecina del área. El suceso pone de manifiesto la importancia de la coordinación y la eficacia de los sistemas de emergencia en la isla, que evitaron una tragedia de mayor envergadura.