El campamento chabolista de Can Rova se desalojó en verano tras un largo litigio judicial privado.

Si por algo se ha caracterizado este 2024 es por la proliferación de campamentos chabolistas en diferentes puntos de la isla de Ibiza, así como caravanas que se usan como viviendas en diferentes puntos de la costa ibicenca y aparcamientos disuasorios. Uno de los campamentos chabolistas más sonados de este 2024 por su desalojo determinado para dar cumplimiento a una sentencia judicial fue el de Can Rova, donde más de 300 personas vivían en diferentes infraviviendas, caravanas, coches y hasta un barco en una finca propiedad privada de varios hermanos, pero que uno explotaba económicamente cobrando entre 300 y 600 euros por hueco de parcela sin el consentimiento de los demás. Los hermanos se hartaron de esta ilegalidad y decidieron ir por la vía judicial para forzar el desalojo, pues entre otros motivos las instituciones y autoridades ya le habían advertido de la ilegalidad. El desalojo finalmente se produjo a finales de julio y muchas de las personas que allí vivían, incluso con menores, tuvieron que buscarse la vida en plena temporada alta. El Ayuntamiento de Santa Eulària les ofreció recursos habitacionales debido al elevado precio de los pisos y habitaciones en los meses centrales de la temporada. Hubo quien directamente optó por marcharse de Ibiza dado que, aunque tuvieran ese recurso habitacional público temporal, no disponían de medios económicos para mantenerse largo tiempo en la isla. En paralelo, en otra finca privada aledaña a este terreno se han ido ubicando poco a poco y con el paso de los meses algunos de los habitantes de Can Rova y otros campamentos chabolistas desmantelados, como el de Can Raspalls, en lo que se conoce como Can Rova 2.

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El Govern ya avisó de que habría multa millonaria por la explotación de Can Rova y, finalmente, así fue: 2,4 millones de euros por 80 infracciones muy graves a la Ley de vivienda autonómica. A esto se suman los más de 900.000 euros que impuso el Ayuntamiento de Santa Eulària por infracciones urbanísticas.

En el caso del campamento chabolista de Can Raspalls, donde en verano han llegado a residir más de 200 personas, Sant Josep procedió a su limpieza de residuos y posterior desalojo. En este asentamiento de infraviviendas, además, se estuvo alquilando una chabola por 45 euros la noche durante todo el verano. El Ayuntamiento de Sant Josep inició un procedimiento sancionador contra la persona que alquilaba esta chabola por valor de 91.000 euros.