Inmigrantes en el puerto de Ibiza, recién llegados de Formentera esta semana. | Gisela Revelles

En lo que va de año, más de 2.000 inmigrantes irregulares han llegado a las costas de Formentera, a bordo de 136 pateras. Solo en las últimas horas, han arribado hasta la menor de las Pitiusas 48 personas en tres de estas embarcaciones. Y el primer contacto que tienen en la isla es con los agentes de la Guardia Civil, cuya plantilla en Formentera está dedicada en su práctica totalidad a la atención a estos inmigrantes. Así lo ha denunciado el portavoz de Jucil en Baleares, Tomás Quesada, en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera.

«La plantilla de la Guardia Civil en Formentera está desbordada», ha asegurado, «están al límite. Además, en la isla no hay tampoco infraestructura para atender a estos inmigrantes». La situación se va resolviendo porque, según ha explicado el portavoz de Jucil, «vienen refuerzos desde Palma e Ibiza». Pero el hecho de que la ruta de pateras entre Argelia y Baleares esté ya consolidada y que sea Formentera el punto al que más arriban, lleva a Jucil a exigir al Ministerio de Interior «más refuerzos» para poder prestar el servicio.

Los agentes de la Guardia Civil en Formentera tienen las «misiones» de localizar las pateras que quedan a la deriva y de atender a los inmigrantes irregulares que llegan a la costa, realizando las primeras diligencias y encargándose de su posterior traslado a Ibiza, donde es ya la Policía Nacional la que se hace cargo. Pasan con ellos entre 18 y 24 horas. En la menor de las Pitiusas, los agentes de la Benemérita dan este servicio en un espacio del puerto de La Savina que ha tenido que ser acondicionado ante las cada vez más habituales avalanchas de pateras. Avalanchas que han de atender entre 28 y 30 agentes de la Guardia Civil. «Están dedicados prácticamente en exclusiva a esto», ha denunciado el representante de Jucil en las Islas.

Falta de personal

En esta situación, cobra aún más importancia el hecho de que sea cada vez más difícil completar las plantillas de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en las Pitiusas: «El problema es que nadie quiere venir aquí. La plantilla de Formentera está al 100% pero tendría que ser una unidad de categoría superior. No solo porque la ruta de las pateras ya está consolidada sino porque Formentera ha crecido tanto en población como en número de turistas». Sin embargo, Quesada también admite que crear nuevas plazas no servirá de mucho mientras los agentes no tengan incentivos como el plus de insularidad. «Serán plazas vacías», ha lamentado, «porque nadie quiere venir aquí».

El representante de Jucil tiene claro que la ruta entre Argelia y Baleares está consolidada, a pesar de la postura del ministro Grande Marlaska, que este mismo martes lo negó en el Senado a preguntas del senador ibicenco Miquel Jerez. «Es una ruta consolidada y eso se ve en las frecuencias, en el número de llegadas y en que a bordo de estas pateras ya vienen mujeres y menores, además de inmigrantes de diferentes nacionalidades, no solo magrebíes», ha explicado Tomás Quesada. Y ha añadido: «Tenemos ya hasta pateras taxi y eso también es síntoma de la debilidad policial porque las mafias saben que tienen un alto porcentaje de mantener esa ruta para ir y volver».

El portavoz de Jucil, al igual que el Govern balear, considera que las Islas serán «como Canarias en unos años». Y eso que en este 2024 está previsto que lleguen a Baleares unos 5.000 inmigrantes irregulares mientras que en Canarias ya se ha superado la cifra de 40.000 desde enero.

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En esta situación, Quesada ha insistido en la necesidad de reforzar las plantillas, tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional. Y pone como ejemplo lo sucedido días atrás, en Ibiza cuando un grupo de inmigrantes recién llegados se dirigió a la Comisaría de la Policía Nacional porque «no encontraron a ninguna patrulla por el camino que los interceptara». Y es que para estas personas, el paso por la Policía Nacional es imprescindible, pues es este cuerpo el que se encarga de los trámites que, aunque acaben con una orden de expulsión, les permiten contar con documento, esa orden, que da cierta legalidad a su estancia en España. De ahí que desde Jucil se descarte la posibilidad de que estén llegando pateras a Ibiza y Formentera sin que tengan constancia de ello los cuerpos y fuerzas de seguridad.

La Policía Nacional

Desde Jupol, Emilio Campos comparte las denuncias formuladas por la Guardia Civil. En el caso de la Policía Nacional, los agentes han de encargarse de lo relacionado con la Ley de Extranjería, pero también son los que se ocupan de tramitar si los inmigrantes son o no menores de edad (se ocupan de los traslados al Hospital de Can Misses, donde se les realizan las pruebas) y, además, han de dedicar parte de la plantilla a las custodias. Los recién llegados están retenidos durante un plazo máximo de 72 horas, durante el cual deben llevarse a cabo todos estos trámites.

Campos ha explicado que surgen problemas como el del aforo de la Comisaría de la Policía Nacional cuyos calabozos tienen capacidad para un máximo de 50 personas. «Ahora te llegan seis u ocho pateras en pocas horas», ha añadido, «y tienes que atender a 100 personas. Esto desborda las instalaciones y hace que todos los servicios queden saturados». Tanto es así que, incluso, se están dando casos de agentes de permiso que regresan a su puesto de trabajo para poder sacar adelante los trámites. Además, ha sido necesario que la Autoridad Portuaria habilite un espacio en Botafoc para prestar esta atención.

«Hay patrullas en la calle», ha asegurado Campos, «pero debería haber más y no puede ser porque están con los inmigrantes. Esto provoca que, en determinados casos, no podamos responder con la misma inmediatez de antes. Además, hay que tener en cuenta que la plantilla está pensada para la población de Ibiza y que tenemos los mismos medios haya o no pateras».

Al igual que el portavoz de Jucil, Emilio Campos tiene claro que entre Argelia y Baleares hay ya una ruta consolidada. «Esto ya no es un fenómeno puntual», ha insistido, «es una ruta consolidada y hay que poner los instrumentos adecuados. La Policía Nacional hace todo con los medios y el personal que tiene. Pero son los políticos los que han de adecuar los medios para afrontar este problema».

En opinión de Campos y a la vista de los números, sería necesario que Ibiza y Formentera contaran con centros de atención temporal, más conocidos como CATE, en los que atender a estos inmigrantes. Centros que ya están trabajando en lugares como Canarias, Granada y Almería. «Los servicios aquí son limitados y hay que dar una atención temporal y rápida que no puede quedar solo en manos de Cruz Roja». La ONG, hoy muy criticada, se hace cargo de los primeros auxilios a estas personas y, además, les proporciona en muchos casos los pasajes para salir de Ibiza porque casi ninguna de ellas quiere quedarse en la isla. «En general», ha apuntado Campos sobre esta cuestión, «han de buscarse ellos mismos la vida con sus recursos. La Policía Nacional no les da dinero, solo comida, bebida y un lugar en el que estar. Es Cruz Roja la que se encarga de darles ropa, un neceser básico… Para nosotros son como un detenido más y les damos lo mismo. Porque es que, además, no disponemos de otros medios».

Emilio Campos, finalmente, admite que es difícil decir cuántos agentes serían necesarios para poder afrontar el problema en estos momentos. Sin embargo, sí deja claro que «ahora tenemos la misma plantilla que cuando no había pateras». Y, además, ha recordado que cada vez son más los agentes que abandonan Ibiza por la carestía de la vida. De ahí que exija a Interior que «al menos, haga algo para no se vaya reduciendo la plantilla porque ahora el trabajo se está haciendo con funcionarios que doblan sus turnos o que dejan sus libranzas voluntariamente para ayudar y esto no se puede prolongar en el tiempo».