Maria Costa Roig, con Dalt Vila al fondo. | Alejandro Mellon

María Costa (Ibiza, 1984) es psicóloga clínica de profesión, aunque una parte importante de su tiempo lo dedica al sector turístico. Responsable junto a su marido de un hostal familiar en Vila, desde ahora es también la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de las Pitiusas.

—Su llegada a la presidencia de los hoteleros pitiusos está siendo más convulsa de lo que cabría esperar. ¿Por qué ha aceptado este reto?

—Por responsabilidad, ya que nuestra anterior presidenta Ana Gordillo ha estado al frente durante seis años y consideramos que era el momento del cambio. Miembros de la junta directiva y socios de todos los perfiles me pidieron que me presentara y la mayoría me ha mostrado su apoyo. Además, mi anterior cargo ya fue el de presidenta de la Asociación de Vila, Sant Josep y Sant Joan.

—Las dos hoteleras con más camas de la isla -Vibra y Palladium- no están demasiado de acuerdo con su nombramiento. ¿Supone un hándicap para usted no contar con su apoyo?

—Yo he aceptado el cargo para llevar a cabo los intereses de los asociados, apoyada por la mayoría de los miembros de la junta. Claro que me gustaría contar con su apoyo, pero es legítimo no votar a favor si no se está de acuerdo, que es el caso de Palladium. En el caso de Vibra, ellos se abstuvieron, lo que interpreto como un legítimo gesto crítico, pero no rupturista. Por ello, estoy dispuesta a valorar cambios y adoptar nuevas estrategias que son necesarias y que se decidirán en la nueva junta directiva, haciendo todo lo posible para llevarlas a cabo.

—Básicamente, lo que sostienen ambas hoteleras es que la Federación ha perdido peso y que se necesita una estructura más profesional. ¿Coincide con ellas?

—Creo que todos los cambios son buenos en el sentido de que se puede enfocar de dos formas: como un problema o como una oportunidad. A mí me gusta verlo como una oportunidad para introducir y valorar nuevas estrategias. Me gusta el diálogo y se trabajará en iniciativas concretas que en algunos casos podrían pasar por la profesionalización de funciones y, en otros casos, por potenciar los propios recursos de la Federación y movilizar de forma activa a la propia junta directiva. Por mi parte, quiero adoptar un compromiso para llevar a cabo estas propuestas de la mejor forma posible y siempre en representación de los socios.

— ¿Cree que lo que intentan estas grandes hoteleras es coger el rumbo de la Federación y dejar de lado a pequeños y medianos hoteleros como usted?

—Yo me resisto a hacer esas suposiciones. Definitivamente, ese no es mi papel. Yo detecto en algunas personas una preocupación sincera por el papel de la Federación y mi responsabilidad es atender esas inquietudes y dialogar para conseguir lo mejor para los socios. Por otra parte, se intenta hacer ver que sólo me apoyan pequeños hoteleros y eso es rotundamente falso porque tengo el apoyo explícito de empresas de todos los tamaños. Se cuestionan los estatutos y la forma de votación que, contrariamente a lo que se afirma, es por establecimiento y no por empresa, pero se omite deliberadamente que gracias a ese modelo somos una de las asociaciones hoteleras más representativas del país, en la que están presentes masivamente establecimientos de todo tipo. Es raro que se critique ferozmente aquello que nos da más fuerza y participación.

—¿Piensa llevar a cabo alguna acción para que Palladium reconsidere su postura y no deje la Federación a final de año?

—Las acciones que llevaré a cabo son las que me tocan en función de mi cargo y siempre con el apoyo y los votos de la junta. Comprometerme y hacer lo mejor que pueda mi labor, estar abierta a sugerencias y cambios y ser, sobre todo, coherente con los valores de la FEHIF y sus asociados. A partir de aquí, que se queden o no, no depende de mí ni de nadie, sólo de ellos.

—¿Qué objetivos se marca al frente de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera?

—Entre muchos otros, defender los intereses de los asociados en temas que nos conciernen a nivel turístico como es la lucha contra el alquiler turístico ilegal, la negociación del convenio o la oposición a la ‘ecotasa’. También, colaborar para una correcta orientación de la promoción turística; hacer valer nuestros criterios en la ordenación del sector y afrontar de cara el debate actual sobre el turismo en el que, sin duda, debemos estar presentes.

—El Govern ha propuesto incrementar la ‘ecotasa’ en temporada alta y bajarla en invierno. ¿Qué opinión le merece?

—Siempre nos hemos posicionado en contra de este impuesto disfrazado de tasa y no compartimos la propuesta de subirla en temporada alta y bajarla en invierno ya que no consideramos que mejore los flujos turísticos. Además, es un agravio para los alojamientos legales en relación a la oferta turística ilegal en los cuales no hay que pagar impuesto turístico. Creemos que el planteamiento que ha aparecido en los medios es un error y esperamos participar activamente en el debate para su concreción.

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—Si los hoteleros no tuvieran que ser los recaudadores de este impuesto, ¿cambiaría su opinión?

—No, no cambiaría. Es injusto y no tiene sentido que los turistas deban pagar otro impuesto más cuando ya generan cuantiosos recursos por otras vías.

—A tenor de los resultados turísticos de los últimos años, no parece que la ‘ecotasa’ influya demasiado en la llegada de turistas a Ibiza y Formentera.

—No creemos que la ‘ecotasa’ afecte a la llegada de turistas, especialmente en temporada alta, pero teniendo en cuenta que una parte importante de quienes llegan a la isla se hospedan en la oferta turística ilegal, donde no se cobra, es un agravio y una injusticia para los hoteleros que hacemos de recaudadores de impuestos puesto que también incrementa el precio de nuestra estancia, entre otros problemas.

—La ocupación hotelera en las Pitiusas en 2024 ha sido del 81,65%, muy similar a la de 2023. ¿Qué valoración hace de la temporada?

—La temporada ha ido bien o bastante bien. Hemos tenido eventos deportivos a nivel mundial que mueven a mucha gente y es normal que haya sido algo diferente a la del año anterior. La mayoría de las personas suelen poder disfrutar de unas únicas vacaciones y si van a ver las Olimpiadas, no pueden venir a Ibiza en un mismo periodo, por lo que se entiende. Podemos decir que los meses de julio y agosto no han sido tan demandados como se esperaba, pero los extremos del verano, mayo, junio, septiembre y octubre, han estado por encima de lo esperado y del año anterior. Nos ha sorprendido porque ha sido un final de temporada bastante bueno.

—¿Qué espera del 2025? ¿Qué sensaciones tienen?

—Es pronto todavía para para percibir sensaciones para la siguiente temporada, pero esperamos que sea buena porque no habrá eventos importantes que condicionen el destino vacacional de muchas personas. Además, la Semana Santa caerá en abril, lo que facilitará la apertura de más establecimientos para esas fechas.

—El próximo verano está previsto que entre en funcionamiento la limitación de la entrada de vehículos. ¿Cree que los turistas valorarán esta medida?

—Los turistas no valoran si hemos tomado tal o cual medida o hemos aprobado una u otra ley. Valoran su experiencia vacacional en la isla, lo cual es muy importante. Esta es una medida novedosa que se tendrá que ir estudiando y ajustando como se ha hecho en Formentera. Si contribuye a que los turistas mejoren la valoración de su estancia en la isla, bienvenida sea y, por supuesto, se debe tener en cuenta la valoración de los residentes que también se ven impactados por esta iniciativa.

—La ‘ecotasa’ también servirá para incrementar la lucha contra el intrusismo en Ibiza, con más medios humanos y herramientas tecnológicas. ¿Confía en que pronto se verán resultados?

—Vemos que se han hecho avances en este aspecto y consideramos muy importante e indispensable no bajar la guardia y seguir trabajando en ello, pero da la sensación de que faltan medios y estrategias para agilizar los trámites de sanción. Todo es muy lento y tedioso. Muy burocrático. Se debería buscar una forma de proceder rápidamente: desde la identificación de las plazas ilegales al desarrollo y aplicación de la sanción.

—El turismo del lujo ha provocado que Ibiza y Formentera sean destinos demasiado caros para las familias. ¿Hay que recuperar el turismo familiar?

—Creemos que los precios se regulan con el principio de la oferta y la demanda. El turismo familiar siempre ha sido un pilar fundamental de la isla y lo seguirá siendo. Si algo tienen Ibiza y Formentera es que acogen a todo tipo de turistas, con intereses y objetivos diversos. La oferta y las opciones de alojamiento son muy variadas, por lo que todos caben.

—¿Está satisfecha con la política de promoción turística de la isla que lleva a cabo el Consell d’Eivissa? ¿Qué cambiaría o por qué producto considera que hay que apostar?

—El principio general en el que se basa la política turística del Consell es muy acertado: una isla diversa que ofrece diferentes propuestas para todo tipo de públicos. Es tan importante no excluir ningún producto y por tanto valorarlos todos en su justa medida como evitar que alguno se imponga a los demás. Consideramos que Fomento del Turismo en su colaboración con el Consell hace un buen trabajo en la detección de tendencias y la iniciativa de clubs de producto es especialmente acertada. Sin descuidar ningún segmento de los habituales, debemos poner el acento en aquellos que prolongan la temporada.