La decisión de recurrir a Fiscalía, según explicaron, se tomó tras la recepción de quejas y preocupaciones expresadas por los vecinos sobre el impacto ambiental y posibles riesgos para la salud pública que puede causar la planta. También destacaron que anteriormente los vecinos se habían dirigido al Ayuntamiento de Sant Antoni, al Consell d’Eivissa y al Govern, sin haber obtenido respuestas.
Los vecinos también explicaron que Fiscalía ha pasado un informe al Seprona para que lleve a cabo las investigaciones pertinentes. «Tenemos la confianza de que realizarán su trabajo diligentemente», apuntaron.
Los vecinos celebraron esta decisión de Fiscalía, «un paso positivo hacia la protección del entorno y la salud de los vecinos». Además, reiteraron que buscan mantenerse «firmes» en su defensa de un medio ambiente «seguro y sostenible».
Aire contaminado
La presidenta de la Asociación de Vecinos de Puig des Planells, Joana Boscà, explicó ayer que vive a apenas 200 metros de distancia de la planta asfáltica y que cuando esta se pone en marcha «hace un ruido continuo y un olor a alquitrán espantoso».
Boscà señala que desde el Govern les aseguraron que la planta solo estaría en funcionamiento entre el 1 de octubre y el 15 de diciembre, «pero empezaron antes con las pruebas y en verano estuvo en marcha fuera del horario».
Una de las preocupaciones de los vecinos de Sant Rafel es que, pese que las autoridades aseguran que la planta asfáltica es provisional, esté en funcionamiento más allá del 15 de diciembre. «Es todo muy poco transparente. Primero abrieron un camino en suelo rústico, luego trajeron la grava... Todo lo han hecho por detrás y lo que queremos saber es si todo es legal y si ha seguido todas las tramitaciones pertinentes», asegura Boscà.
Las asociaciones vecinales de Sant Rafel, Es Fornàs, Puig des Planells, Can Nebot y Can Llaudis expresaron en septiembre su «profunda preocupación» por la instalación de esta planta asfáltica cerca de sus viviendas. Los vecinos reconocieron temer cómo puede afectar esta instalación a su salud, puesto que estos elementos emiten contaminantes peligrosos como partículas finas y compuestos orgánicos volátiles, estrechamente relacionados con problemas respiratorios y cardiovasculares.
Al encontrarse esta planta a menos de 200 metros de algunas viviendas, podría poner en riesgo especialmente a niños, ancianos y personas enfermas.
En cuanto a la contaminación ambiental, los vecinos alertaron sobre los problemas que la instalación puede suponer para el suelo y el agua de la zona, llegando a contaminar acuíferos. «Una mala gestión de los residuos causará graves daños al ecosistema local», insistieron.
Los vecinos también lamentaron que Sant Rafel es ahora mismo «el vertedero del municipio de Sant Antoni» porque además tienen que convivir con toneladas de restos de poda acumulados procedentes de la planta de biomasa y los malos olores de la nueva depuradora de sa Coma.
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