La consellera insular de Patrimonio, Sara Ramón, ha indicado este viernes que el departamento que dirige está a la espera de que el equipo de arqueólogos que está trabajando en el solar de Juan XXIII en el que se han realizado importantes hallazgos entregue al Consell su «informe definitivo». Ramón no ha querido pronunciarse sobre las exacciones y ha insistido en que es «necesario esperar» a que los expertos contratados por la promotora den a conocer formalmente lo encontrado durante las excavaciones.
El promotor cuenta con licencia para la realización de estas catas arqueológicas y, según ha podido saber Periódico de Ibiza y Formentera tramita en estos momentos ante el Ayuntamiento de Eivissa la obtención del permiso de construcción. El proyecto podría tener que ser modificado si finalmente se confirma que lo encontrado en este solar es importante para Ibiza.
Ramón ha recordado que la Ley de Patrimonio obliga a que las promotoras tengan su propio equipo de arqueólogos en zonas donde se prevé que las excavaciones saquen a la luz restos del pasado. Algo «de lo más normal en Ibiza». Sin embargo, ha insistido en que ahora mismo no puede pronunciarse sobre los trabajos que se están llevando a cabo en este solar porque «hay que esperar». Sí ha informado de que todo lo encontrado en el solar está siendo trasladado al Museo Arqueológico para su posterior estudio y ha recordado que este tipo de restos son propiedad del Consell.
La consellera Ramón, por otro lado, ha anunciado que su departamento prepara ya campañas de concienciación sobre la necesidad de respetar el patrimonio de la isla. Una idea que se ha activado ante lo sucedido en la Cova d’es Culleram, a cuyo interior accedieron dos mujeres a pesar de que hay carteles que indican que está prohibido. La cueva está protegida por una valla y tiene una alarma de seguridad actividad. Las dos mujeres lograron acceder al interior y una de ellas tuvo que ser después rescatada por los Bomberos al sufrir una aparatosa caída.
Ramón ha explicado que la conselleria está preparando la documentación necesaria para denunciar estos hechos ante la Guardia Civil. Denuncias por entrar en una propiedad privada sin permiso y por invadir un bien de interés cultural. Y ha lamentado que ambas intrusas mostraran tan poco respeto hacia el patrimonio y hacia las indicaciones que prohibían el acceso a la cueva. «La gente tiene que dar importancia al patrimonio que tenemos», ha explicado la consellera, «por historia, porque es nuestro, porque es un atractivo turístico y porque las acciones vandálicas, además, nos cuestan dinero». Y ha puesto como ejemplo lo sucedido en el yacimiento fenicio de sa Caleta, donde la conselleria gastó 90.000 euros en acondicionar la zona y «días después estaba lleno de pintadas». Lo mismo sucedió en el molí de Puig d’en Valls, donde, ha recordado la consellera, el Consell tuvo que gastar 9.000 euros en «repintar y arreglar desperfectos». Más impactada quedó Sara Ramón al ver cómo el monolito colocado en la cueva de la Sal Bossa a finales de 2020 en homenaje a Rafael Alberti y María Teresa León era vandalizado semanas más tarde.
Patrimonio ha tomado diferentes medidas para intentar atajar el problema, como colocar vallas o cámaras de seguridad, pero «está claro que hacen falta más cosas». De ahí que la consellera crea que es necesario llevar a cabo campañas de concienciación porque «los ciudadanos tienen que sentir que esto es suyo, que hay que cuidarlo y que, además, cada vez que pasan estas cosas, se tiene que gastar dinero público en arreglarlo».
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