Es habitual ver grupos de jóvenes durmiendo en el aeropuerto cada día, pero este año la afluencia ha aumentado. | Toni Planells

En el aeropuerto de Ibiza, lo que antes era una cabezada ocasional mientras se espera un vuelo se ha convertido en una opción para muchos a la hora de pernoctar durante la temporada de verano.

Razones como un retraso o la espera de la conexión con otro vuelo suelen ser los motivos más comunes a la hora de usar los bancos del aeropuerto como escenario de un descanso improvisado para los viajeros. Sin embargo, en el contexto del precio de la vivienda o del alojamiento en Ibiza, el aeropuerto de la isla se ha convertido durante las madrugadas del verano en una opción más a la hora de pernoctar para decenas de personas.

Con la sonrisa de quien contesta a una pregunta con una respuesta evidente, el personal del turno nocturno del aeropuerto de Ibiza confirma a Periódico de Ibiza y Formentera lo que es evidente a simple vista: «Sí, por las noches hay mucha gente que duerme en los bancos», aseguraba una empleada pasadas las cinco de la mañana mientras preparaba un café para un viajero ojeroso. «Hay gente que tiene un vuelo a primera hora de la mañana y viene a dormir después de la última noche de fiesta», explicaba la camarera antes de añadir que «también hay gente que viene un día tras otro, unos durante dos o tres días, pero también hay quien viene a dormir cada noche al aeropuerto durante todo el verano». «El año pasado había un señor francés muy peculiar que estuvo pernoctando en el aeropuerto todo el verano; siempre estaba comprobando si quedaba alguna moneda en las máquinas expendedoras», añadía una compañera de la cafetería antes de asegurar que «alguien me dijo hace poco que lo habían visto durmiendo en Barajas».

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Efectivamente, un simple paseo por la terminal del aeropuerto de es Codolar durante la madrugada confirma los comentarios de las empleadas del turno nocturno de la cafetería. Son decenas las personas que aprovechan la calma nocturna y el formato de bancos sin apoya brazos del aeropuerto. Si bien pueden verse maletas que insinúan el carácter viajero de quienes descansan en la terminal esperando un vuelo vespertino, algunos en soledad, otros en pareja y no pocos en grupo, también es fácil identificar a grupos que se recuperan de una larga noche de fiesta en los bancos, pero también en el suelo de la terminal, rodeados de merchandising de las discotecas de moda en la isla.
«Cada verano se ve a más gente que viene de fiesta y que, por no pagar el alojamiento, optan por dormir aquí», aseguraba otro empleado del aeropuerto.

Sin embargo, más allá de turistas que se ahorran una noche (o tal vez más) de hotel (o de apartamento o piso ilegal turístico), también es fácil divisar a personas sin techo habituales de la isla. Sábanas colocadas sobre los bancos o sacos de dormir también delatan la experiencia de algunas de las personas que pernoctan en la terminal, tal como explicaba la camarera. De igual modo, el ligero equipaje de algunos, en ocasiones limitado a una simple mochila que sirve de almohada y en otras a unas simples bolsas de supermercado, revela a algunos trabajadores de la isla que, probablemente, prefieren elegir el aeropuerto antes que los distintos asentamientos repartidos por la isla a la hora de descansar. «Hay quien viene a trabajar la temporada y duerme aquí por no gastárselo todo en una habitación o una caravana», asegura el empleado del aeropuerto.

«La verdad es que no molestan a nadie y nunca me he enterado de que haya habido ningún problema», explicaba un piloto tras acceder a la terminal para incorporarse a su puesto de trabajo antes de que asomen las primeras luces del día. «De hecho, hay gente que sigue viniendo hasta que termina la temporada y el aeropuerto cierra por la noche», aseguraba el piloto.