El establecimiento de Centro Único en la avenida Isidoro Macabich. | Irene Arango

Ginia es una joven nacida en el País Vasco que, como tanta otra gente, acude a Ibiza a trabajar durante la temporada turística. Contrató un bono de 400 euros con la cadena de depilación y estética Centros Único, que ha estado ubicada durante años en plena centro de Vila, en la avenida Isidoro Macabich. El día 24 de julio acudió a su cita en dicho centro y se encontró con una puerta sucia, algo nada habitual para un establecimiento de estas características. Su sorpresa fue cuando vio que estaba cerrado y no parecía haber nadie en el interior del negocio.

Mientras esperaba, acudió a la misma puerta una chica que le cuenta que lleva viniendo durante unos días y que «nadie me contesta ni aparece por el local». Ambas coinciden en que el correo de confirmación de su última cita nunca llegó, lo que les pareció «extraño en su momento». Su historia es la de otros tantos clientes de Centros Único que a día de hoy no saben nada qué va a pasar con el dinero que habían invertido en bonos de dicho negocio. Por el momento, Ginia sigue sin tener ninguna comunicación oficial por parte de la cadena.

Una historia similar es la Héctor, quien pagó casi 500 euros en bonos para la depilación láser y de los que tan solo había consumido tres sesiones. En la página web ningún problema para solicitar una nueva cita, como ya había hecho otras veces, pero cuando llegó al establecimiento vio que estaba cerrado. Tras comprobar que no se había equivocado de día esperó por si, de casualidad, los responsables habían salido del local y les escribió por WhatsApp, pero los mensajes ni tan siquiera llegaban a sus móviles. Escribió también al correo pero, finalmente, se enteró del cierre de la cadena por las reseñas de Google.

Denuncias infructuosas

Cuando Héctor acudió a la Policía para realizar la denuncia se encontró con la sorpresa de que el agente que le atendió vivió exactamente la misma situación con un centro de la misma cadena en Madrid. Le explicó que él formalizó la denuncia, pero que no había tenido respuesta por el momento, así que Héctor también la presentó y ahora sigue a la espera de poder recuperar esos 450 euros que «son casi la mitad de un sueldo».

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Una historia muy similar a la suya es la de Raquel Clavijo. Esta joven de 25 años de Sevilla, que se encuentra en la isla por motivos laborales durante la temporada de verano, cuenta que tenía «un bono pagado para varias sesiones y, sin motivo alguno, dejaron de responder al teléfono. En la web seguían dejando coger cita y las dos veces que fui estaba cerrada». Pero ahí no termina el asunto, ya que desde un número de teléfono de Madrid le llamaban diciéndole «que la chica estaba enferma y que no podían atender, que ya llamarían ellos para dar la nueva cita». Su última cita ya se había retrasado 20 días.

Raquel, finalmente, tuvo que buscar otra clínica y del dinero que invirtió en Centros Único «no sabe lo que va a pasar ni si voy a poder recuperarlo». Raquel no ha calculado la cantidad total invertida ni el dinero que tiene acumulado en sesiones, puesto que «iba comprando bonos de entre 200 y 300 euros de valor». Lo que sí tiene claro es la falta de información por parte de la cadena, ya que ni tan siquiera le han informado de si se trata de un problema con el establecimiento de Ibiza o a nivel global.

Marta, una joven residente en la isla, también se vio envuelta en una situación muy parecida. A ella le quedaban once sesiones por utilizar, lo que equivale aproximadamente a unos 200 euros. Tampoco recibió ningún tipo de información sobre el cierre e intentó pedir cita a través de la aplicación. Al ver que no podía, y como ya había visto noticias del cierre de diferentes centros de la cadena en la Península, se temió lo peor. Acudió al centro, en la avenida Isidor Macabich y también se lo encontró cerrado. Marta tampoco sabe cuánto dinero se ha gastado sin poder utilizarlo ni si va a poder recuperarlo.

Sin previo aviso

En el establecimiento de Centros Único de Vila nada indica el cese de la actividad comercial. Tan solo hay un pequeño cartel en la cristalera que indica el supuesto horario y que «por falta de personal este horario podría ser modificado». Nada de un cierre definitivo de los establecimientos cuando, por dentro, se ver completamente desmantelado. Los clientes siguen acudiendo a la puerta del local ante la falta de información.

El 23 de julio la cadena Centros Único se declaraba en concurso de acreedores. Cuando se accede a la página web aparece de manera automática el siguiente mensaje: «Las sociedades que han venido explotando la marca Centros Único, en cumplimiento de lo previsto en el Texto Refundido de la Ley Concursal, han procedido a solicitar la declaración de concurso de acreedores para la liquidación ordenada de la compañía en los términos legalmente previstos. Esta decisión se ha tomado en estricto cumplimiento de las previsiones legales que resultan de aplicación». Esta es la única información que la cadena ha ofrecido por el momento.