Una de las autocaravanas abandonando el recinto de Can Rova. | Moisés Copa

Los antiguos residentes del asentamiento de Can Rova pudieron entrar ayer a retirar sus vehículos por primera vez desde el desalojo gracias a la intermediación legal entre los abogados de ambas partes, que acordaron el pasado viernes facilitar el acceso al recinto para que todos aquellos que se encontraban sin su vehículo pudieran    recogerlo.

El inicio de la jornada de recogida estaba planeado para las 10:30 de la mañana. Sin embargo, no ha sido hasta casi una hora y media después, a las 12 del mediodía, cuando las primeras personas pudieron entrar al antiguo asentamiento. Lo hacían, de manera más o menos ordenada, accediendo por la entrada dispuesta junto a la carretera de Vila a Sant y abandonando el recinto por la salida del polígono de Can Bufí.

La entrada estaba custodiada por dos agentes de la Guardia Civil y uno de la Policía Local, quienes revisaban que toda la documentación de los vehículos estuviera en orden antes de permitir el acceso al recinto. Si bien es cierto que muchos de ellos presentaban la documentación correspondiente, algunos de los vehículos no disponían de seguro en regla –muchos de ellos eran utilizados como vivienda–, lo cual impidió que pudieran recuperarse.

Documentación en regla

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El primer conflicto surgió en relación a esta reglamentación. A raíz de que muchos de los vehículos llevaban tiempo sin circular, era bastante probable que algunas baterías estuvieran descargadas. Por este motivo, el Ayuntamiento de Santa Eulària dipsuso de una de las grúas de Ca na Negreta para retirar los vehículos que no podían moverse por sí solos. Sin embargo, Policía Local informó a media mañana que solo se retirarían los que contaran con el seguro pertinente, por lo que quienes no lo tuvieran tuvieron que buscar una solución alternativa y costearse los gastos de la grúa.

Servicios Sociales

Durante la mañana, todos aquellos que presentaron la documentación pudieron returar sus vehículos, aunque de manera más lenta de lo esperado. También estuvieron presentes dos trabajadoras de los Servicios Sociales de Santa Eulària. Su labor, como ellas mismo explicaron, fue la de tratar de colaborar a la hora de alojar las pertenencias de quien no tuviera donde guardarlas, tal y como se acordó en la reunión celebrada el lunes, e informar de que se ha habilitado un centro en es Puig d’en Valls para estudiar la vulnerabilidad de cada caso particular.

Autogestión

Junto a la entrada de acceso al asentamiento se agolpaban una treintena de personas que, a la sombra de un algarrobo, se dedican a esperar, hacerse compañía y acompañar a los que ayer pudieron entrar en el recinto. Se organizan para sobrellevar su difícil situación de la mejor manera posible. La gran mayoría de ellos sigue sin tener un sitio donde cocinar o donde comer, así que junto al asentamiento en el que estuvieron residiendo tanto tiempo se organizan para preparar comida en una cocina de gas butano y que todos tengan su plato de comida.

Que fuese imprescindible tener un seguro en vigor para retirar el vehículo sumado a que mucha gente no pudo acudir ayer, ha provocado que en el interior del asentamiento todavía queden numerosos coches, caravanas y autocaravanas. Por ello se espera habilitar un nuevo día de acceso hoy mismo con la intención de que, de cara al viernes, el solar quede definitivamente despejado de vehículos y enseres de los antiguos residentes.