Julen Landín, médico de familia del Área de Salud pitiusa.

Médicos del Área de Salud de Ibiza y Formentera, también en otras zonas de Baleares, denuncian cómo la exigencia del catalán -ya convertido en requisito- les sigue perjudicando en la actualidad. De hecho, tras superar unas duras oposiciones, han perdido sus plazas en propiedad.

El médico de familia del Área de Salud pitiusa, Julen Landín, asegura que, como mínimo, hay ocho colegas que como él opositaron a una plaza de Medicina de urgencias en Atención Primaria que resultan afectados, un porcentaje elevado si se tiene en cuenta la situación de las plantillas. En algunos de los casos, estos facultativos, además, habían realizado la formación MIR en Ibiza.

Entre los profesionales perjudicados, hay también matronas, enfermeras e incluso una oncóloga, a pesar de la delicada situación que atravesó este servicio en el pasado.

Landín aprovecha para lamentar que en Ibiza faltan médicos en todas las ramas de Medicina familiar y comunitaria, siendo la única especialidad cubierta por gente sin formación homologada de países o con el MIR español «y menos mal que están ellos porque, en caso contrario, la sanidad balear se habría hundido hace tiempo».

Este facultativo, de origen vasco, asegura que «las lenguas son riqueza y hay que defenderlas institucionalmente, pero no a costa de dejar plazas desiertas o echar a profesionales formados». «Si se va a juicio, se puede llegar a tumbar la convocatoria entera y tampoco es justo para otros compañeros», considera también.

Valora irse
Este doctor no descarta marcharse de la isla en un futuro cercano, aunque otros colegas que se queden y que obtuvieron la plaza en su día seguirán sufriendo esta gran injusticia, según explica.

El recurso
En un recurso remitido a altos cargos sanitarios en las islas, Landín relata cómo en la convocatoria de las bases de la oposición, el requisito lingüístico del catalán quedó en exención. Sin embargo, una vez iniciada dicha convocatoria y debido a un recurso contra las bases interpuesto por el STEI y la Obra Cultural Balear, se informó del cambio de decisión y la instauración en mitad del proceso del nivel B2 de catalán como requisito para la convocatoria ya en marcha.

El médico explica que este requisito se exigió en determinadas especialidades atendiendo a criterios «opacos» de necesidad de cobertura. En el caso de la especialidad de Medicina familiar y comunitaria, los profesionales del área vieron cómo para esta convocatoria y otras se exigía el B2.

«Llama la atención la decisión de poner este requisito lingüístico alegando buena cobertura de esta especialidad en Ibiza cuando el espíritu de esta oposición era paliar la temporalidad en un área declarada de difícil cobertura en la que los servicios de Atención Primaria, servicios de urgencias de Atención Primaria, 061 y urgencias hospitalarias, nunca, desde hace más de una década, han podido ser cubiertos en su totalidad por médicos con la especialidad MIR», asegura Landín en el escrito.

En este sentido, destaca también cómo «se ha hecho norma de la excepcionalidad» y, ante la falta de estos facultativos, están cubriendo estos puestos médicos sin la especialidad ni la formación legal requerida, lo cual sólo se contempla en la ley como una anomalía y excepción de emergencia.

Landín lamenta que a numerosos médicos, incluso habiendo declarado desde un primer momento no tener título de catalán, se les fue admitiendo en todas las fases del proceso, cumpliendo todos los trámites necesarios y preparando y realizando el examen de oposición, con el tiempo y dedicación que ello requiere.

Este médico dice también que varios opositores recibieron después una llamada desde Palma explicándoles que al no tener el B2 quedaban excluidos del proceso. Al preguntar por la prórroga de dos años contemplada para poder obtener dicho título, se argumentó que se concedería «de manera discriminatoria» a las personas que en enero de 2023 estuvieran trabajando en los servicios de urgencias de Atención Primaria o en el 061 y no a los opositores que ese mes estuvieran en otras áreas del Ib-Salut, cuando muchos facultativos se encontraban en ellas por petición expresa de sus responsables sanitarios.

Landín solicita a los cargos de Salud que revisen la normativa vigente y puedan solucionar esta situación, no descartando incluso acudir a los tribunales.

La respuesta
Desde la Conselleria balear de Salud consideraron que al establecerse un proceso con unas bases determinadas, es complicado dar una solución a estos facultativos. También manifestaron que, en teoría, el requisito del catalán en aquel momento era una exigencia que debía aparecer en las bases.