Un momento de la presentación oficial de la plataforma ayer por la mañana en el Portal de ses Taules de Vila. | Moisés Copa

La plataforma Caviem el Rumb, de la que forman parte unas 40 entidades, tiene previsto organizar este verano «acciones sorpresa» para denunciar los problemas que genera la masificación turística en Ibiza y Formentera. Así lo han anunciado este viernes sus portavoces, María Cardona y Karen Killeen, en una rueda de prensa en la que, además, han explicado que ya trabajan en la organización de una gran manifestación en Vila que se celebrará el próximo 27 de septiembre.

Entre las entidades que participan en Canviem el Rumb no hay, aparentemente, ninguna formación política. Pero la presencia del senador por Ibiza y Formentera, Juanjo Ferrer, en la rueda de prensa conlleva implícitamente el apoyo de los partidos a los que representa y entre los que se encuentra el PSOE de Ibiza y el de Formentera. Un apoyo sorprendente considerando que esta formación, al igual que Unidas Podemos, ha gobernado entre 2015 y 2023 tanto la comunidad autónoma como el Ayuntamiento de Ibiza, la ciudad más afectada por las consecuencias de la masificación turística.

María Cardona, miembro de Emprendada Feminista y del colectivo marxista Les Invisibles (en lenguaje inclusivo), ha dado lectura al manifiesto que esta plataforma entregó recientemente al Consell d’Eivissa junto con una solicitud para que la institución insular lidere un «proceso de reflexión común» sobre la situación que atraviesan estas islas por el exceso de turismo. Una petición a la que aún no ha contestado el Consell, que, sin embargo, sí ha anunciado un gran pacto social y económico para hacer frente a esta situación.

«Centro de producción de capital»

Canviem el Rumb denuncia en este documento manifiesto que Ibiza y Formentera son «centros de producción de capital al servicio de la industria turística». Un «monocultivo económico» que «no ha proporcionado ni más prosperidad ni más igualdad». «Solo ha servido para hacer más ricos a los ricos y expulsar de la isla a los más pobres», ha añadido María Cardona ante la atenta mirada del senador por las Pitiusas, Juanjo Ferrer, y del exconcejal de Vivienda de Vila, Aitor Morrás.

Los promotores de estas movilizaciones rechazan ser tachados de turismofóbicos o de ecoterroristas, adjetivos que, aseguran en el manifiesto, proceden de las propias instituciones que han practicado políticas «centradas en la promoción del turismo y la propaganda en forma de subvenciones y publicidad».

Para los integrantes de Canviem el Rumb, sus protestas son «dignidad y resistencia de un pueblo aún vivo» a pesar de que «la vida en los municipios de Ibiza y Formentera se extingue al mismo ritmo que las sargantanes». «Ya no quedan barrios, casas payesas o zonas residenciales que no sean exclusivas para personas de alto poder adquisitivo, muchas de ellas ajenas a las dinámicas sociales y comunitarias propias», afirman. Y añaden: «Al exceso de plazas hoteleras se suman ahora las viviendas turísticas, legales e ilegales, la especulación de los fondos buitre y el blanqueo de capitales, que han incrementado el precio del alquiler hasta hacer prácticamente imposible la permanencia en la isla para los que no tienen una propiedad. ¿Cuántos de nuestros vecinos, amigos y compañeros de trabajo han marchado amargamente por la falta de posibilidades materiales? ¿Cuántos desahucios más tendremos que soportar para asumir que tener casa y trabajo estables en Ibiza o en Formentera no debería ser un privilegio sino un derecho?

Diagnóstico

El diagnóstico de Canviem el Rumb, sorprendentemente, coincide con el que hoy se hace desde entidades tradicionalmente consideradas conservadoras. Y es que la transformación de Ibiza en un «destino de lujo» está provocando graves problemas a los residentes en la isla. Problemas que se agravan, según estas entidades, por «una crisis energética y climática global sin precedentes». «Eivissa y Formentera, como las Islas Canarias, tienen un límite», planeta Canviem el Rumb, «y el nuestro ya lo hemos superado con creces».

Las movilizaciones contra la masificación turística se están produciendo ahora mismo en numerosos puntos de España y con gran repercusión internacional. Sobre todo la celebrada en Barcelona a principios de este mes y durante la cual se atacó a varios grupos de turistas con insultos y pistolas de agua. Para Canviem el Rumb, Ibiza y Formentera deben sumarse a estas protestas porque son «el ejemplo vivo de los efectos nefastos que tiene este camino sobre la clase trabajadora». Pero también porque ambas islas son «uno de los territorios de Europa más amenazados por la crisis climática». Algo que, en su opinión, agrava el turismo: «Si la huella climática de un turista de clase media europea es ocho veces superior a la de un residente, la de un mega-rico es entre 100 y 200 veces superior. En Ibiza aterrizan más de 15.000 jets privados cada año. La amenaza climática es real e inminente».

Ante esta situación, esta plataforma considera que es necesario abrir «un proceso de reflexión colectiva profundo», además de «promover una deliberación democrática y participativa en la que todo el mundo tenga voz, especialmente los más oprimidos y precarios, y reclamar a las instituciones una apuesta valiente por el decrecimiento turístico». «Es necesario diseñar estrategias y aprobar normativas para garantizar al acceso a la vivienda a las personas residentes», plantean en su manifiesto, «es urgente destinar recursos que ahora se desperdician en promoción turística para desarrollar un plan de resiliencia y diversificación económica para Ibiza y Formentera, que incluya ayudas a los sectores no turísticos (alimentación y comercio locales, cultura, sanidad y educación públicas y de calidad, pensiones dignas, ayudas a la discapacidad, transporte público…). Este plan debería, además, marcarse objetivo conseguir acabar con la dependencia del turismo para las economías familiares.

Las acciones

Canviem el Rumb, por otro lado, tiene ya preparado un calendario de acciones a desarrollar este verano como protesta contra la masificación turística. La primera cita será este domingo, 21 de julio, en el Parque de la Paz de Vila, donde, a partir de las 18.00 horas, se celebrará una asamblea abierta a todo el mundo a la vez que en Mallorca tendrá lugar una manifestación con los mismos objetivos. El miércoles, 24 de julio, se concentrarán en Botafoc a partir de las 11.00 horas, para dar la «bienvenida» a los más de 10.000 cruceristas que se espera que llegarán a Ibiza a bordo de tres «grandes cruceros».