Los veleros se pusieron en grupo y tiraron cabos a un lado y otro de la playa, provocando situaciones de verdadero peligro para los usuarios.

La irresponsable actuación de una empresa mallorquina de chárter náutico en Cala Xarraca provocó ayer todo tipo de reacciones. Según confirmó el Ayuntamiento de Sant Joan a Periódico de Ibiza y Formentera, efectivos desplazados a la zona no hallaron este martes ni rastro de los veleros fondeados y atados con cabos a los islotes.

La alcaldesa Tania Marí lamentó la «temeridad» que suponen actuaciones de este tipo, siendo hechos que «no se pueden permitir». Según comentó también, el mismo lunes el Ayuntamiento contactó con Capitanía Marítima para abordar el tema.

La alcaldesa Tania Marí reclamó «responsabilidad y respeto» a los usuarios de las playas «porque no todo vale ni todo está permitido. Poner en peligro a otras embarcaciones y bañistas no se puede permitir. En el mar existe también una normativa que debe respetarse».

Técnicos del Consistorio explicaron además que, tras hablar con Capitanía Marítima, se había podido comprobar que los veleros fondeados estaban fuera del canal de navegación y de la zona de baño. Por tanto, su fondeo no estaba prohibido, aunque sí todo aquello que atentara contra la seguridad de las personas como los cabos lanzados desde las embarcaciones para acotar un espacio. Desde el Ayuntamiento destacaron que este martes servicios de Capitanía Marítima se dirigieron a la cala, aunque las embarcaciones no estaban en el lugar.

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Desde Capitanía Marítima, a su vez, lamentaron que, por las imágenes difundidas, los veleros fondeados llevaban a cabo una actividad no permitida y peligrosa, por lo que iban a valorar los próximos pasos a seguir, actuando y sancionando, si procede, a los responsables de estos comportamientos.

Los hechos

La noticia saltaba este pasado lunes cuando usuarios de Cala Xarraca denunciaron que una empresa de chárter náutico había invadido esta playa, fondeando uno al lado del otro hasta cinco grandes veleros y extendiendo cabos que cerraban literalmente la zona, con el peligro que ello podía suponer para los bañistas.

También la activista María José Estarellas denunció las prácticas ilegales de la empresa Alboran Charter, asegurando que desde hacía un mes había convertido Cala Xacarra en un auténtico «camping náutico», según lamentó. Entre las irregularidades detectadas, Estarellas explicó que la empresa había anclado a unos 50 metros de la costa los cinco veleros de grandes dimensiones, cuando estos barcos deben fondear a 200 metros para garantizar la seguridad. También denunció cómo los tripulantes habían atado cabos a dos rocas de la cala atravesándola de lado a lado, unas cuerdas que podían provocar un efecto guillotina para cualquier navegante o deportista.

La activista lamentó el «mal ejemplo» que empresas de este tipo pueden ser para otros navegantes, provocando un «efecto llamada» que convierta la zona en un «Porroig 2». Al mismo tiempo, se preguntó dónde estaban vaciando las sentinas estas embarcaciones y consideró que la situación «se está descontrolando», más después de que en otras bahías como Talamanca hayan aumentado este año los controles y los chárter náuticos lo tengan más complicado para operar.

Responsables de la escuela de paddle Sup Ibiza afirmaron que cada dos días los veleros se acercaban a Xarraca a pasar la noche, poniendo la música a todo volumen y saltando sus ocupantes de un barco a otro. «Varios del equipo les han avisado ya y la respuesta es siempre que hacen lo que quieren y que no se van a ir», explicaron.