Imagen de archivo de una pradera de posidonia en Ibiza. | Archivo

El Movimiento Smart Green de LG España sigue creciendo, ampliando su campo de actuación con nuevas iniciativas, y se consolida con el nacimiento de Smart Green Seas, un proyecto que se pone en marcha con el objetivo de impactar de forma positiva en el hábitat marino y recuperar el hogar de miles de especies animales y vegetales. La iniciativa se lanza junto a la Asociación Vellmarí, expertos en la protección del suelo marino entre Formentera e Ibiza, para crear un vivero submarino con nuevos ejemplares de posidonia, además de restaurar praderas afectadas por el fondeo de barcos y otras obras marítimas en la zona.

De esta manera, Smart Green Seas se convierte en la tercera línea de actividad del movimiento Smart Green con el que la compañía quiere movilizar a las instituciones, empresas y ciudadanos para pasar a la acción y combatir el cambio climático a través de proyectos de regeneración de ecosistemas. Para ello, LG acuña el concepto Sostenibilidad 2.0, que pone de manifiesto la importancia de recuperar el entorno de manera altruista y a un coste marginal, promoviendo un futuro mejor desde la acción individual.

Smart Green Seas arranca de la mano de la Asociación Vellmarí, liderada por el biólogo marino Manu San Félix, quien ha dedicado parte de su vida al estudio y protección de la vida submarina, y que propone proteger el 30% de las aguas del mar Mediterráneo antes del 2030 para mantener sus ecosistemas vegetales y animales.

Recolección y plantación de posidonia

Tras la consolidación de Smart Green Trees (iniciativa dedicada a la reforestación) y Smart Green Bees (enfocada en la abeja ibérica), Smart Green Seas pretende repoblar la posidonia de todo el Mediterráneo de una forma simple, sencilla y a bajo coste, aplicando tecnologías ancestrales que nazcan de procesos naturales, como es el de la floración de esta especie.

El proyecto se centra en la recolección de las semillas de esta planta, que tras la época de floración, son arrastradas por las mareas hasta aparecer en la arena de las playas. Estos frutos se entregan en los centros de buceo más próximos para favorecer la cercanía geográfica entre las praderas «donantes» y la receptora, favoreciendo así su adaptación a las condiciones de cada zona de actuación. Después de hacer germinar las semillas en agua de mar, las certificadoras de buceo tomarán el relevo incluyendo en sus cursos la plantación de posidonia como una prueba más para escalar de nivel.

La posidonia oceánica que se encuentra entre Ibiza y Formentera es uno de los seres vivos más longevos del planeta y lleva miles de años absorbiendo CO2. Los efectos del turismo masivo, los plásticos o el vertido de sustancias químicas están asfixiando las praderas de esta valiosa planta acuática autóctona, que puede retener hasta 40 veces más CO2 que un bosque mediterráneo.