Maria d’en Paya celebra su centenario rodeada de amigos y familiares.

Este viernes Maria Joan Marí, de Can Vicent d’en Ros d’es Novells de Santa Eulària, cumplía su centenario acompañada por familiares y amigos en su casa de Can Guasch, además de una representación de la colla de Sant Carlos.

Ni el obispo de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas, ni la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, ni el presidente del Consell, Vicent Marí, quisieron perderse el acontecimiento del 100 aniversario de la vecina de Santa Eulària.

Joan, hijo de Maria y de Vicent Costa de Can Paya, explicaba que Maria «se dedicó siempre a la agricultura, hasta que se casó y tuvo su casa, a partir de entonces se dedicó a trabajar en los hoteles, limpiando casas y negocios para llevar la familia adelante». Hoy en día, además de su hijo Joan, la familia de Maria ha crecido con la presencia de su nuera, Estela, y de su nieta Marina y su nieto José Miguel, padre de sus biznietos Lea y Gael.

Regalos

Entre los regalos que recibió Maria, unos pendientes ibicencos de oro, obsequio del Ajuntament de Santa Eulària, fueron unos de los que más emocionaron a la veterana de Can Guasch. A su vez, también recibió, de manos de la alcaldesa, una placa y un gran ramo de flores. «Es todo un orgullo contar con vecinas tan longevas y que cuentan con esta salud de hierro a su edad», declaró la alcaldesa antes de unirse a la celebración.

Otra placa, esta diseñada por el ceramista ibicenco Tuniet, y otro gran ramo de flores fueron los presentes con los que Vicent Marí quiso felicitar a la centenaria con una emoción especial. Y es que Maria presumió de conocer al presidente del Consell d’Eivissa «desde que era un niño que siempre estaba por enmedio».

«Para mí es una celebración muy especial» reconocía el presidente del Consell, «Maria d’en Paya me conoce desde que no era más que un niño, cuando trabajaba con mi familia y es un verdadero placer ver que goza de una salud y vitalidad envidiables». No en vano, el presidente del Consell acudió al centenario de Maria acompañado de su madre, Maria de Sa Rota, «con quien mantiene una gran amistad».

«Dentro del negocio familiar, Maria era como mi segunda madre», reconocía Marí respecto a la homenajeada, de quien explicaba que «era quien ayudaba a mi abuela y a mi madre a la hora de cuidarme cuando trabajaba en el negocio familiar».