Los acusados de traficar con droga desde una asociación cannábica de Ibiza, sentados para el juicio en la Audiencia Provincial. | Europa Press

Los acusados de traficar con droga desde una asociación cannábica de Sant Josep han negado este miércoles que vendieran marihuana en su local, defendiendo que se trataba de un club social legítimo, de carácter privado, donde consumidores se reunían para fumar. "Era un club para consumo responsable", han sostenido.

Los acusados eran el presidente y vicepresidente de una asociación de "amigos para la botánica, estudio y cultivo de plantas y flores". Los dos jóvenes sostienen que se trata de una asociación para "consumo compartido" de porros y hachís completamente legal. Para la Fiscalía, escondería un negocio de tráfico de sustancias estupefacientes.

La Fiscalía pide una condena de cuatro años y medio de cárcel para cada uno de ellos, así como una multa de 20.000 euros y la disolución de la asociación. La Sección Primera de la Audiencia Provincial ha celebrado por la mañana el juicio, en el que la defensa ha planteado la nulidad de los registros en el local y los domicilios de los investigados.

En el local la Policía encontró marihuana y derivados, así como básculas de precisión, libretas con anotaciones, dinero en efectivo y una carta con precios de cannabis; en los domicilios, intervinieron, además de marihuana, MDMA y una pequeña cantidad de un medicamento psicoestimulante. El total de la droga intervenida supera los 15.000 euros.

En el juicio han declarado algunos extrabajadores y socios del club, que han reforzado el carácter privado del club. Un antiguo recepcionista ha explicado que actuaba como controlador de accesos y quien entrara sin ser socio "no pasaba de la segunda puerta". De hecho, en una ocasión tuvo que llamar a la Policía Local "porque intentaron entrar dos señoras" y al impedírselo "se pusieron muy violentas".

Para hacerse socio era necesario ser mayor de edad y que otro socio avalara la candidatura. Los consumidores que han declarado como testigos han apuntado que aportaban cantidades de dinero en concepto de donativos, pero han negado que compraran la marihuana en una transacción directa.

Según su versión, esos fondos que donaban servían también para mantener el local y cubrir otros costes como café, juegos de mesa y bebidas que se ofrecían en el interior. "No se manejaba dinero dentro del club", ha apuntado una camarera.

En este sentido, todos los usuarios y trabajadores han coincidido en que estaba prohibido "sacar nada fuera". También estaba prohibido acceder con bebidas alcohólicas y cualquier tipo de droga dura, o estando bajo los efectos de alcohol o estupefacientes.

Carta de precios con variedades de marihuana

Los policías que participaron en la investigación, por su parte, han destacado que en el local encontraron una carta de precios con variedades de cannabis, en una tarjeta que "estaba de cara al público" en el interior del establecimiento.

Los funcionarios también encontraron un supuesto cuarto de cultivo, con macetas y restos de hojas, que parecía haber albergado una plantación que ya "hacía tiempo que no se utilizaba" cuando se produjo el registro.

Asimismo, las vigilancias previas de la Policía constataron un "trasiego constante de personas" que permanecían "muy pocos minutos" en el local; al salir e interceptar a varios de ellos los agentes comprobaban que llevaban droga encima. "No les daba tiempo a consumir en el interior, daba tiempo a entrar, comprar algo y salir. En una hora podían entrar diez o doce personas", ha apuntado un agente.

Los investigadores han resaltado también el hallazgo de dinero "escondido en un macetero" en uno de los domicilios.