Así ha quedado la casa después de ser desokupada este lunes. | Toni Planells

La jornada de este martes ha sido larga para la familia de Can Pere Marí, que consiguió desalojar este pasado lunes a unos okupas de su propiedad tras 12 años de batalla judicial. «Es monstruoso». Así describía uno de los miembros de esta familia la cantidad de basura y desperdicios que los okupas dejaron en la propiedad. «Hemos estado toda la jornada sacando basura de la vivienda», comentaba Fina mientras su madre, Francisca, añadía que «necesitaremos un par de camiones para que se lleven todo lo que hemos sacado de allí dentro, ¡a ver cuánto nos cuesta todo!». En este sentido, aún no han hecho cálculos sobre lo que les puede costar devolver a su estado inicial su propiedad.

«Hoy dormiremos bien», comentaba Fina con humor mientras explicaba que «tras los nervios que pasamos este pasado lunes, la Policía Local acabó por detener a uno de los okupas; todo el trabajo que hemos hecho este martes, estamos reventadas». Mientras, Francisca cortaba algunos geranios su hija apuntaba que «¡por fin podemos coger algunas flores de nuestra casa sin que nadie nos diga nada!».

Y es que sobre todo una de las familias que ocupaban uno de los tres espacios era muy violenta. «Ni siquiera nuestro vecino podía acceder a su terreno porque le increpaban», afirmó la familia de Can Pere Marí. De esta manera, tal como comenta la familia, «durante todo el día se han ido parando los vecinos para felicitarnos y agradecer que ya no esté esa gente».

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El desalojo de la propiedad de los de Can Pep Marí acabó «a media tarde de este lunes, cuando llegó una empresa de seguridad para vigilar el terreno. Menos mal porque volvieron a intentar entrar por la noche y, al verlo con el perro, dieron media vuelta y se marcharon».

La propiedad ocupada abarcaba tres estructuras distintas (dos de ellas ya se encontraban vacías este lunes a la hora del desalojo) en el espacio que fue el restaurante Sa Seni en Cala Mastella, además de una autocaravana instalada en el terreno de la misma propiedad.

Respecto al individuo agresivo al que se refería la familia propietaria cabe recordar que, durante la jornada de desocupación, llegó a lanzar bloques de cemento desde el tejado de la casa a pocos metros de las unidades policiales que acudieron al desalojo. Además, profirió amenazas como «voy a quemar la casa» o «voy a derribar los techos antes de marcharme», además de tratar de amedrentar a los medios de comunicación al grito de «os voy a buscar a vuestra casa, os voy a encontrar».