De izquierda a derecha, las enfermeras Inés Mayans, Laia Garvi, José Antonio Verdejo, Elena Cascales y Eva Ríos. | Irene Arango

En total acumulan más de 100 años de trayectoria profesional entre sus dedos y a sus espaldas, sin embargo, sus palabras siguen transmitiendo la pasión de una vocación que a veces cuesta apreciar en profesionales con tantos años de carrera. Pero, sin duda, la gran experiencia laboral de las enfermeras Inés Mayans, José Antonio Verdejo, Eva Ríos, Laia Garvi y Elena Cascales sigue ligada a ese inicio apasionante de los primeros días de trabajo en un hospital o centro de salud. Un recorrido largo salpicado de trabajo, compromiso y dedicación de un colectivo con visión «holística» cuyo trabajo abarca todo el ciclo vital: desde los cuidados en situaciones de enfermedad crónica hasta los problemas de salud agudos, críticos y al final de la vida.

Un papel fundamental en la promoción de la salud que la enfermera de servicios especiales (UCI, Quirófano y Urgencias) en el hospital de Formentera, Inés Mayans, explica a Periódico de Ibiza y Formentera en detalle: «La enfermera, dentro de cualquier servicio del hospital, es la figura que siempre está al lado del paciente, además de las auxiliares de enfermería. Si tuviese que hacer un esquema de la organización, ubicaría al usuario en medio del cuadro y dentro de un círculo, y la enfermera iría de la mano del paciente; alrededor estaría el resto del equipo. Nosotras somos las encargadas de comunicar cómo está el usuario y detectar la necesidad de realizar cambios en el tratamiento que luego comunicamos al resto del equipo», señala esta profesional mientras compartía cómo su vida cambió en el instante en que empezó a cuidar a su abuela dependiente cuando ella tenía 12 años.

La profesional Inés Mayans.

Vocación

«Estuve todo el verano con mi abuela y muchas veces observaba las funciones de las enfermeras a domicilio. En ese momento me di cuenta de que yo quería ser enfermera y ejercer todos esos cuidados», recuerda esta profesional con un brillo en los ojos, resaltando que la Enfermería te permite conocer muchos ámbitos dentro del mundo sanitario. Justo sentado al lado de esta sanitaria está el supervisor de Enfermería del área de UCI del hospital Can Misses, José Antonio Verdejo, quien, tras 25 años en la Unidad de Cuidados Intensivos, sigue sintiendo esa «pasión» en la atención del paciente crítico y esa satisfacción laboral como pieza clave en el cuidado de los usuarios.

Es por ello que este colectivo considera que las profesionales de la Enfermería deben estar en la toma de decisiones del sistema sanitario. «Es importante que este sector pueda ejercer el liderazgo y así responder a los diferentes retos como el cambio climático», destaca con rotundidad Verdejo, utilizando en todo momento el femenino inclusivo «enfermeras» para definir a este colectivo mayoritariamente femenino. Un sector que, según indican, está más que capacitado para poder liderar el sistema sanitario tanto a nivel clínico, como de gestión, de investigación o de políticas sanitarias. Al preguntar si las enfermeras, actualmente, ostentan altos cargos directivos, explican que se ha mejorado en este sentido, «pero todavía queda trabajo por hacer». «Esta disciplina ha mejorado mucho a nivel competencial, pero es necesario impulsar más la investigación, la especialización y este liderazgo dentro del sistema de salud», apuntó.

Liderazgo que José Antonio Verdejo intenta transmitir siempre a sus alumnos como profesor asociado del Grado en Enfermería impartido por la Universitat de les Illes Balears (UIB). Sin ir más lejos, resalta el alto nivel de formación docente e investigadora que hay en Baleares. «Hay unas cien enfermeras doctoradas en las Islas que están regulando prácticas clínicas; es un dato que indica que hay traslaciones del conocimiento científico que tiene repercusiones en la práctica clínica y esto ayuda a que evolucione la profesión». Además de transmitir estas habilidades asociadas con el sector, este profesional lleva a cabo en la UIB prácticas de simulaciones clínicas que están relacionadas con los cuidados intensivos. «Esto me permite formar a los alumnos y poder tener una continuidad en la enseñanza, en su desarrollo y en su formación como profesionales, ya que muchos vienen a trabajar aquí».

La UCI

En este sentido, este profesional, que incide mucho en la importancia que tiene la Docencia de Especialidades de Enfermería, lamenta la actual falta de especialización enfermera, especialmente para formar a profesionales de la UCI. Un servicio que, indica, conlleva la necesidad de haber recibido una «preparación previa y un periodo de adaptación que poco a poco se va ampliando».
«Acabas la carrera y todas las enfermeras estamos cualificadas para realizar los cuidados que son necesarios en una planta hospitalaria, pero no en un quirófano, la UCI o en el Servicio de Urgencias, ya que son más específicos», afirma Inés Mayans.

Los profesionales Laia Garvi y José Antonio Verdejo.

En esta misma línea, José Antonio Verdejo destaca que trabajar en la UCI es complejo porque en este servicio se tratan las enfermedades agudas en los pacientes críticos que requieren soporte vital avanzado, entornos en los que hay «mucho sufrimiento» y la atención que se ofrece a las personas ingresadas es constante. «Cuando una persona ingresa en la UCI la sensación es de indefensión; está desnudo y monitorizado en un entorno hostil, con ruidos, con incertidumbre y temor. Es por eso que nosotros realizamos el cuidado a pie de cama donde tienes en cuenta todas las dimensiones del usuario. La sociedad piensa que en la UCI se va a morir y no es así; la UCI da vida; de hecho la mortalidad es muy baja», afirma, mientras señala que esta profesión tiene mucha especificidad y mucha variabilidad, condiciones que se deben alinear con la especialización. «Hacen falta más Especialidades de Enfermería», lamenta. Cabe recordar que actualmente en Ibiza se imparten las especialidades EIR de Atención Familiar y Comunitaria, la especialidad de Obstetricia y Ginecología y la de Pediatría.

Se queda el 75 %

«Tras esta formación se suelen quedar en la isla el 75 % de las enfermeras residentes. Esto se traduce en que tres de cuatro profesionales deciden permanecer en Ibiza después de terminar su formación», señalaron desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera, resaltando que este año empieza la cuarta promoción EIR de Familiar y Comunitaria. No obstante, pese a que el 75 % de estas sanitarias decide quedarse, el colectivo destaca la falta de personal de enfermería en la isla por los problemas de vivienda. En esta línea, la enfermera de Atención Primaria Elena Cascales destaca que «el problema es que se ha agotado la bolsa y que no hay gente disponible para poder cubrir contratos que ya se han ofrecido», agrega, destacando que este verano seguramente haya bajas.

Al respecto, Verdejo lamenta que, aunque en la UCI siempre se han cubierto los turnos, a nivel general es cierto que se nota más esta falta de personal. «Son las condiciones de la isla lo que limita que la gente pueda venir y alquilar una vivienda. Todo esto repercute en nuestra profesión», afirma, resaltando que el plus de difícil cobertura que reciben desde hace un año es insuficiente teniendo en cuenta la carestía de vida de la isla. «Yo llegue hace 24 años e Ibiza no estaba en estas condiciones», lamenta, mientras Elena Cascales asiente a sus palabras. Esta mujer es enfermera de Atención Primaria desde 2008 y, aunque empezó cursando Fisioterapia, enseguida quiso aumentar el nivel de conocimientos de los pacientes sobre los cuidados y, por eso, empezó a estudiar Enfermería. Al ser enfermera en un centro de salud, Elena explica la diferencia entre este rol y el de una profesional que trabaja en hospital.

«Nosotras atendemos al paciente crónico y al usuario en las diferentes etapas de la vida, mientras que en un centro hospitalario el rol de la enfermera está puesto en la atención de pacientes agudos. Además, en Atención Primaria hacemos todo tipo de curas, ofrecemos un servicio de educación diabetológica…», subraya. También, explica, la atención se hace tanto dentro del centro como en el domicilio, incluso en los centros educativos e informa de que en los institutos tienen la Consulta Jove (CJ), que es un espacio para que los jóvenes puedan resolver, con profesionales sanitarios, sus dudas ante la salud. «Va un enfermero a los centros y atiende problemas relacionados con la sexualidad o la alimentación, entre otras consultas», señala. Además, también resalta que en los centros educativos hay una Comisión de Salud a la que pertenece una enfermera de Atención Primaria y, partir de esa comisión, «nos derivan posibles problemas de salud que podamos atender, además de ofrecer charlas en los colegios». Cerca de esta profesional estaba la enfermera Eva Ríos, quien comparte su amplio recorrido como enfermera en la isla.

La profesional Eva Ríos.

«Empecé en un centro de salud de Atención Primaria, después estuve en la planta de Hospitalización del Servicio de Ginecología y Obstetricia, luego en Pediatría y, actualmente, desde octubre estoy en la Unidad de Mejora Continua y Seguridad del Paciente», destaca esta risueña ibicenca, quien agrega que estudió Enfermería porque su hermana, que también ejerce esta profesión, le trasladó esta pasión por los cuidados de las personas enfermas.

«Te toca y te transforma»

«Esta profesión ha definido mi forma de ser; te toca y te transforma», señala, al mismo tiempo que explica su papel dentro de la Unidad de Mejora Continua y Seguridad del Paciente. «Es un servicio muy diferente al asistencial que realicé antes en Atención Primaria y en Can Misses. La unidad está formada por un administrativo, la coordinadora del centro y yo como enfermera, que está en contacto con los pacientes», afirma, puntualizando que Enfermería es la categoría profesional que más volumen de pacientes tiene. «Mi función consiste en identificar riesgos, que es una parte más de la gestión. El personal sanitario del hospital nos informa de un riesgo de seguridad que pueda tener el paciente y nosotros lo identificamos y lo gestionamos; tenemos microequipos de trabajo centralizados –en su mayoría enfermeras– que participan en la identificación de estos planes de mejora para minimizar el riesgo del paciente», subraya esta profesional.

Asimismo, apunta que este rol es muy «interesante» porque permite al personal sanitario tener una visión muy global de la asistencia. A medida que avanza la entrevista se hace palpable la complicidad de estos profesionales que comparten los mismos valores de una profesión que siguen viviendo entre la vocación y la dedicación. Entre este grupo de profesionales también está Laia Garvi, quien lleva 17 años ejerciendo como enfermera. «Cuando llegué a la isla trabajé en el Hospital Residencia Asistida Cas Serres, pero cuando me ofrecieron un contrato de interinidad en el Área de Salud cambié de trabajo y empecé como enfermera en el Servicio de Cirugía General. Ahora, por tema de conciliación familiar, estoy en la Unidad de Pacientes Externos del Servicio de Farmacia», cuenta esta joven profesional de Barcelona, reconociendo que empezó en la profesión por «rebote», ya que ella en un principio quería hacer Biología.

Respecto a su actual función, Laia Garvi destaca que esta unidad está formada por una farmacéutica, una Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería y ella como enfermera. «Mi trabajo se basa en la dispensación sanitaria; escucho mucho al paciente y, a partir de ahí, dispenso tratamientos y consejos de vida saludables. Considero que lo que más puedo llegar a aportar como enfermera es ese apoyo que necesita el paciente a la hora de hablar y comunicarse, porque les cuesta más hacerlo con el médico», señala con una sonrisa, orgullosa de su sector. Al preguntarle por su experiencia en el Hospital Residencia Asistida Cas Serres, manifiesta que en este espacio se encontró una familia.
«Me sacó mi parte más humana para la atención del paciente. Aprendí a ofrecer a los mayores un apoyo muy especial porque son usuarios muy sensibles», agrega esta enfermera, junto al resto de profesionales. Todos ellos siguen aportando cada día su mirada desde la experiencia en el cuidado, una dedicación que siempre será reconocida con largos y sentidos aplausos.