Ibiza volvió a salir un año más a las calles a reivindicar y reclamar una igualdad en derechos de las mujeres.

Cerca de mil personas han recorrido este viernes el centro de Ibiza apoyando la manifestación internacional con motivo del Día de la Mujer. Desde las cinco de la tarde, centenares de personas vestidas con alguna prenda de color violeta empezaron a congregarse en Vara de Rey. Las asociaciones celebraron una «merienda feminista» donde todo el mundo estaba invitado a llevar y compartir comida previamente a la salida de la marcha. Asimismo, también tuvo lugar una mesa informativa, así como diversos talleres de pancartas, chapas y camisetas para portar durante la manifestación.

Una lucha que continúa

«Ni una menos» o «No somos histéricas, somos históricas» eran algunas de las frases reivindicativas más repetidas que se pudieron leer durante la tarde del ocho de marzo. «Es un día para celebrar pero especialmente para seguir luchando por nuestros derechos», señaló Raquel, una manifestante. Las más ‘peques' también quisieron sumarse a este reivindicativo día. Es el caso de Aitana, de 6 años, que portaba orgullosa una trenza con un lazo violeta y en su pancarta podía leerse «No somos princesas, somos guerreras».

A las 19 horas, una gran marea violeta partió desde Vara de Rey y recorrió la avenida Ignasi Wallis, calle Extremadura y la avenida Abel Matutes hasta llegar a la plaza Antoni Albert i Nieto. Abriendo la marcha feminista una pancarta bajo el lema «8M Resistencia Eivissa feminista». Tras ellas, cerca de mil personas, mujeres, niñas, niños y algunos hombres, así como representantes de la política ibicenca, siguieron la marcha a ritmo de batucada.

La movilización fue avanzando por las principales calles de la ciudad, donde el colectivo aprovechó también para entonar algunos de los lemas feministas más populares de los últimos años. Sin embargo, «Visca la Eivissa feminista» fue el cántico más recurrido por ellas, así como «no nos mires, únete» que consiguió captar a algunos transehúntes que paseaban por el centro del municipio.

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«Nuestras abuelas, nuestras madres y hoy nosotras luchamos. Tenemos que dejar a nuestras hijas un mundo más justo», señaló otra de las manifestantes.

La manifestación, que duró cerca de una hora, concluyó en la plaza Antoni Albert i Nieto. Una vez allí, el grupo de batucada ofreció los dos últimos bailes de la jornada que el resto de participantes siguió con palmas y, las más atrevidas, con bailes.

Finalmente, Elena, una de las integrantes de Comisión 8M, concluyó el acto del ocho de marzo leyendo el manifiesto feminista. Un manifiesto que se centró, especialmente, en los trabajos de cuidados, la brecha salarial y la las división sexual del trabajo.

«Este 8M queremos reivindicar la resistencia feminista en todas sus formas. Queremos reivindicar que somos las mujeres las que sostenemos la vida en un sistema patriarcal donde la precariedad, la pobreza y la exclusión tienen rostro de mujer», clamó.

El manifiesto también puso en valor a todas las abuelas que «se han hecho mayores cuidándonos y luchando por nosotras», que fue recibido con aplausos y emoción. «Nuestra geneaología es de mujeres luchadoras y resistentes que han luchado, que luchan y que lucharán para cambiar radicalmente el mundo a un mundo más justo», concluyó el manifiesto.