El examen de Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales de la Prueba de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PBAU), que se realizó el miércoles en la Universitat de les Illes Balears (UIB), causó polémica un año más. Algunos alumnos, padres y profesores de Secundaria critican que el contenido de la prueba nada tiene que ver con lo que han estudiado en clase, mientras que fuentes de la UIB aseguraron que la dificultad es similar a la del examen del año pasado. Las mismas fuentes insistieron en que esta prueba genera críticas cada curso, pero reiteraron que el nivel es el mismo y no se busca hacer suspender a los jóvenes.
«En toda nuestra etapa de Bachiller no se nos ha planteado nunca un ejercicio así»; «No me preparo dos años para que después todo lo modifiquen el día del examen» o «No podré acceder al grado que había pensado» son algunas de las quejas de alumnos insatisfechos con el examen que un grupo de padres enviaron por escrito ayer a este diario. «Hasta ahora se había seguido una estructura determinada y común a lo largo de los años. Los alumnos habían trabajado la preparación del examen con la metodología de las convocatorias anteriores. No solo nos hemos enfrentado a la dificultad de la prueba, sino también al clima de tensión que generó, repercutiendo negativamente en los resultados», explican en la carta.
«Lloros, ataques de ansiedad, incapacidad de reaccionar o entregas antes de hora fueron actitudes comunes en diferentes puntos del examen», aseguran los afectados. «Algunos enunciados dejaban paso a múltiples interpretaciones. Los alumnos, al salir de la prueba, trataron de comprar inútilmente los resultados que obtuvieron por medio de planteamientos diferentes», insisten en el documento. Admiten que la UIB avisó que habría algún cambio, pero no se orientó cómo sería el nuevo modelo. «Esta falta de información ha provocado tensión», concluyen.
Pugna judicial por el uso del catalán
Plataforma per la Llengua ha pedido comparecer ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears en el procedimiento iniciado por el recurso que presentó la entidad Escuela de Todos para dejar de priorizar el catalán en los enunciados de selectividad. La entidad quiere personarse para «defender la selectividad en la lengua propia del territorio» y ha lamentado que la comisión organizadora de las pruebas, integrada por la UIB y la Conselleria d'Educació, haya «cedido a las exigencias de Escuela de Todos y haya optado para ofrecer los enunciados directamente también en castellano».
Así, la Plataforma per la Llengua solicita al TSJIB que desestime la demanda, porque, han asegurado, «según la misma jurisprudencia del Tribunal Constitucional, el uso normal del catalán por parte de la administración y el carácter vehicular del catalán en la educación son medidas válidas para compensar la situación de predominio del castellano en la investigación y la publicación editorial universitaria y para dar prestigio a la lengua catalana». Además, el escrito forma parte de una estrategia de la ONG del catalán para «responder judicialmente a las demandas que se presentan en los diferentes territorios para que el castellano gane peso en la selectividad».
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