La destilería centenaria ha abierto las puertas de sus instalaciones al público este viernes. Cerca de 30 personas se inscribieron en la iniciativa de Eivissa Sabors para presenciar y conocer de primera mano la elaboración de las hierbas ibicencas Marí Mayans.

Carlos Marí Mayans, gerente de la fábrica de licores y representante de la quinta generación responsable de la elaboración del brebaje ibicenco por antonomasia, fue el encargado de explicar todos los detalles del proceso.

Se trata de una cita que, tal como introdujo Marí Mayans, «en principio se propuso para realizarse el sábado, pero prefería que se hiciera en un día normal y corriente de trabajo, para que se pueda ver, de verdad, como trabajamos de manera totalmente artesanal y que lo hacemos en Ibiza». El responsable de la fábrica puso especial interés en aprovechar esta visita para poder desmentir los falsos rumores y bulos que circiulan respecto a la procedencia de su producto, «he oído tantas veces que fabricamos fuera de Ibiza que, al final, me lo voy a creer hasta yo mismo», explicó con humor.

De esta manera, en la visita se pudo ver, desde la planta de secado de las hierbas, la de destilado y la maceración hasta el embotellado y etiquetado, «el trabajo del día a día que hacen nuestros 25 empleados».

Uno de los puntos que más interés despertó en los visitantes fue el de la planta de secado de hierbas. Allí, Marí Mayans explicó que «en enero o febrero están los secaderos repletos de las hierbas que, muchas de ellas recolectamos nosotros mismos». El responsable de la fábrica recordaba, ante un saco de flor de brigola seca y lista para su uso, otros tiempos en los que «muchas familias vivían de la recolección de frígola, pero con la llegada del turismo dejaron de hacer este trabajo y, hoy en día, nos encargamos nosotros mismos de ir a recolectarla. De hecho, cerramos la fabricación durante los meses de mayo y junio para centrarnos en eso».

Esta flor de tomillo, una vez seca, se destila en el alambique para elaborar la genuina Frígola Marí Mayans.

En el secadero, llamó también la atención de los asistentes a la visita la presencia de pieles de naranja y limón y trasladaron sus dudas respecto al destino del resto de la fruta, que el responsable aprovechó para recordar los tiempos en el que el destino de las toneladas de naranja pelada sobrante de la fábrica servía para elaborar zumos para, por ejemplo, los colegios. También invitó a los asistentes «venir durante los primeros meses del año, de aquí no sale nadie sin un par de bolsas de naranjas peladas». En cuanto a las preguntas sobre la receta, Marí Mayans respondió con un «no es lo que lleva, es cómo lo hacemos», poniendo en valor la experiencia centenaria y el buen hacer de su destilería frente a un listado de ingredientes.

La visita tuvo su guinda final en la cata de los productos Marí Mayans acompañados de más «producto Eivissa», como adelantaba el propio Marí