La Asociación de Comerciantes de la Marina se reunió la semana pasada para elaborar el documento. | Daniel Espinosa

En la maraña de históricas calles que conforman el barrio de la Marina, en una tarde cualquiera de invierno pocos comercios pueden encontrarse abiertos. Es una clara evidencia de lo que piensan los vecinos y comerciantes de la zona: «El barrio está muerto en temporada baja», según lamentan.
Conscientes de que la unión hace la fuerza, la Asociación de Comerciantes de la Marina ha elaborado un documento repleto de actuaciones a ejecutar para mejorar aspectos del barrio y, sobre todo, para dinamizar la zona durante el invierno.

La presidenta de este colectivo, Elisa Roselló, explica que sus propuestas van encaminadas a solventar problemas históricos como la falta de seguridad o de limpieza. «Nuestra intención es mostrar que existe una especie de hartazgo», reconoce. De hecho, recuerda que llevan planteando al Ayuntamiento de Ibiza algunas de estas mejoras desde el año 2015: «Somos conscientes de que gestionar una administración es muy complicado y todo el mundo quiere cosas, pero lo que no puede ser es que no haya seguridad en el barrio y la gente se marche porque lo último que quiere es ser atracada. Tampoco puede ser que el barrio esté tan sucio, como lo está toda la ciudad de Ibiza, o que el puerto no esté dinamizado».

«Demasiados impuestos»

Según Roselló, no es que los problemas hayan aumentado este año, sino que están planteando reivindicaciones históricas que nunca acaban de solucionarse. «La gente paga muchos impuestos, demasiados, para el servicio que se da», asegura también. Los comerciantes de la zona saben que tienen muchas sugerencias en común con los vecinos de toda la vida que se resisten a abandonar el lugar. Precisamente, uno de los objetivos es que la Marina sea «barrio todo el año».

Los numerosos pisos turísticos ilegales localizados recientemente a través de un estudio del Ayuntamiento no contribuyen a este fin. Roselló lamenta que los propietarios los mantienen cerrados durante el invierno para ofrecerlos en alquiler solo en verano, algo que va en detrimento de lograr la dinamización de la zona también en temporada baja. Victorino Planells, desde el conocido estanco de la Marina, lamenta que pasan los años «y nos damos cuenta de que aquí no se hace nada y sufrimos unos inviernos tristes, aburridos y abandonados».

Según explica, a partir de determinada hora, las pocas personas que transitan por la Marina en esta época del año suelen ser toxicómanos que se dirigen a Sa Penya. Justo ahora, cuando se acercan unas nuevas elecciones municipales, estos comerciantes quieren plantear a todos los grupos políticos una serie de propuestas «serias y trabajadas» para conseguir la ayuda de los futuros gobernantes.
«Nos reuniremos con cada una de las fuerzas políticas y les escucharemos. Queremos revitalizar el puerto de cara al invierno, que la gente se acerque. Los cascos históricos del país están ambientados todo el año, pero el de Ibiza está dejado de la mano de Dios», afirma Planells. Los comerciantes son conscientes de que muchos compromisos que ahora formulen los partidos políticos pueden quedarse después en nada, aunque están dispuestos a correr el riesgo.

Planells relata que, entre otras peticiones sugeridas para dinamizar el barrio, van a plantear que en locales de la Marina se implanten oficinas de Abaqua o Endesa para evitar desplazamientos a los vecinos y para atraer a otros residentes de barrios cercanos. «También, servicios municipales que se ofrecen en el Cetis podrían ponerse en marcha en establecimientos del barrio», apunta. Otra sugerencia es que durante la fiesta Eivissa Medieval fueran más las actividades organizadas en la Marina. Indica que, durante el invierno, podrían celebrarse además otras iniciativas culturales, como visitas teatralizadas o conciertos.

Explica que a los comerciantes que alargaran su temporada, aguantando hasta noviembre o adelantando a marzo su apertura, el Ayuntamiento les podría ayudar con descuentos o bonificaciones en los impuestos municipales. «Este año, el barrio no ha tenido nada de decoración en Navidad. Nadie se implica. Ni tan solo una cosa insignificante como las alfombras navideñas que se repartían en Navidad. Tampoco las hemos tenido», lamenta Planells. La falta de iluminación, «insuficiente» en la actualidad, es otra de las quejas de los comerciantes. También el problema del aparcamiento, «que expulsa a cualquiera del barrio».

Más peticiones

En el documento elaborado por los comerciantes se incluyen otras propuestas de mejora, como la puesta en marcha en la Marina de una oficina de Turismo; actividades para conmemorar el 150 aniversario de la creación del Mercat Vell o que se impulsen subvenciones para los negocios de la zona ante la condición de Patrimonio de la Humanidad del casco histórico de Vila.
Joana Cruz, desde una de las administraciones de lotería existentes en el barrio, reconoce que «queremos al barrio, pero necesitamos también que nos quieran», algo que en estos momentos no sienten «en ningún aspecto».

Carolina Bonet, de la joyería Afro, explica cómo les gustaría que el Ayuntamiento les hiciera caso en algunas de las peticiones que llevan planteando desde hace años. «Estamos un poco cansados», lamenta. «Parece que no, pero puede haber ahora hasta 50 comercios abiertos en total», puntualiza. «Solo pedimos vida», añade Joana.

El apunte

LISTADO DE PETICIONES DE LA ASOCIACIÓN DE COMERCIANTES DE LA MARINA

– Mejorar la iluminación del alumbrado público.
– Incremento de la vigilancia policial.
– Actuaciones musicales en diferentes puntos del barrio durante el invierno
– Revisar y modificar el PEPRI para adaptarlo a las necesidades de apertura de los establecimientos del barrio, también durante la temporada baja.
– Mejorar la limpieza del barrio.
– Decoración navideña en las calles de la Marina.
– Remodelación de 'Sa Peixateria' y de 'Es Mercat Vell'.
– Cesión de inmuebles para servicios públicos tales como (servicios del Ayuntamiento, Aqualia, correos, Endesa, etc.).
– Condonar el pago del IBI y basuras, a los establecimientos que abran durante los meses de noviembre o marzo.
– Retomar el proyecto del Museo del Mar.
– Extender la feria medieval en la Marina haciendo participes a sus calles y plazas (San Telmo, Sa Riba...).
– Paseos teatralizados similares a los que se llevan a cabo por Dalt Vila.
– Expedir a los trabajadores del Ayuntamiento una serie de bonos para canjear exclusivamente en los comercios de la Marina.
– Apertura de los andenes del puerto para el estacionamiento de vehículos.
– Incluir en el servicio de transporte público el barrio de la Marina (minibus, etc.)
– Creación de otras festividades para el barrio
– Celebración del 150 aniversario de la creación des Mercat Vell.