Níscalo, pinetell, rovelló d'obaga, esclata-sang, roget, robellón o, en Ibiza, pebràs, es el nombre con el que se conoce al Lactarius deliciosus, un hongo que, se llame como se llame, siempre ha convocado a sus buscadores a excursiones campestres en otoño. Cual pescadores, los buscadores más habilidosos, gustan de mantener en secreto los mejores caladeros y de exagerar el número de capturas así como de compartirlas con los más cercanos.
Sin embargo, la meteorología de este año, con calor y pocas lluvias, no ha propiciado la proliferación de pebrassos en el campo ibicenco. Por ende, tampoco en los puestos del Mercat Nou. «Hay muy pocos», aseguraba Marga, de Frutas Riera, que asegura que, «además, quienes los recogen, se los quedan para comérselos en su casa. No hay suficientes como para traerlos al mercado».
De esta manera, la oferta de setas en el Mercat Nou pasa por pebrassos procedentes de Salamanca o Teruel. Como los que se llevaba Alfonso en Frutas y Verduras Catalina, 1,8 kilos a 24 euros el kilo, «para hacerlos con arroz, aunque no son lo mismo que los ibicencos», asegura el cliente de Juanjo, mientras este le regalaba una cabeza de ajos como cortesía. Pilar de Can Puas, clienta del Mercat Nou, asegura echar de menos este producto en su variante ibicenca, «sobre todo porque tiene un sabor distinto al que viene de fuera, no sabría describírtelo pero un sabor distinto que hace más de dos años no he podido probar», aseguraba Pilar, mientras reconocía que «lo que más echo de menos es ir a buscarlo». El precio del pebràs o robellón oscila entre los 24 y 25 euros según el tamaño.
En Frutas Riera, Maria, que se define «payesa de verdad», explicaba que «no hay, ni habrá. Como no llueva, este año me parece que no veremos pebrassos». De esta manera llenaba una bolsa de judías, estas sí, de origen ibicenco, a seis euros el kilo. Judías que se agotaron en pocos minutos entre la bolsa que se llevó María y la que se llevaron Vicent y Pepita mientras se elaboraba este reportaje. «Son buenísimas fritas, con carne, hervidas…» explicaba María antes de que Vicent le interrumpiera con un contundente, «¡son buenas de cualquier manera, menos crudas!». Entre risas, María matizaba que «fritas son más sabrosas, y con garbanzos también están riquísimas».
Mientras Vicent y María se ponían de acuerdo, Maria José, de Frutas Riera explicaba que la temporada de las judías «termina por estas fechas. Se empiezan a recibir en mayo o junio y aguantan hasta ahora. Aunque este año se ha retrasado todo muchísimo».
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