Sa Joveria se inauguró el pasado día 14. | Daniel Espinosa

Ya son siete las personas sin hogar que, en la primera semana de vida del Centro de Baja Exigencia de sa Joveria, han aceptado alojarse en estas instalaciones. Se trata de tres mujeres y cuatro hombres que han sido derivados de Vila (4), de Santa Eulària (2) y de Sant Antoni (1). El centro está diseñado para atender a un total de 40 hombres y 16 mujeres en régimen de alojamiento. Y para atenderlos, trabajan un total de 12 personas, nueve educadores y tres técnicos, que atienden el día a día del centro.

Las instalaciones, se desarrollan en una única planta baja. Nada más entrar el centro hay un espacio para salón con numerosas butacas y televisión. En ese mismo espacio se encuentra la zona de comedor, que cuenta con un total de cincos mesas redondas, con capacidades para ocho y cuatro personas. Junto a estas mesas hay un espacio abierto que hace de cocina, que cuenta con un fregadero, dos neveras, un arcón congelador, cuatro microondas, dos hornos y un lavavajillas.

Instalaciones

A la izquierda de la zona de comida se encuentra el área destinada a los varones, que consta de cinco habitaciones, todas ellas iguales, con capacidad para ocho personas cada una en literas de dos plazas. En estas habitaciones los usuarios sólo cuentan con el espacio de una cajonera para sus enseres personales, el resto deben de dejarlo en las taquillas habilitadas en el pasillo principal. Todas las habitaciones cuentan con un sistema de reciclado de aire y aire acondicionado.

También en este área del inmueble se encuentra la zona de lavandería, una estancia con seis lavadoras y seis secadores diseñada para dar servicio tanto a los alojados en el centro como a los que lo usen de centro de día. Al lado se encuentra el baño para los hombres, un espacio dotado con sistema de luz por movimiento, dos urinarios, seis cabinas de baño y ocho duchas. En estos servicios todas las ventanas están dotadas con alarma. En la zona central de la nave está la enfermería, el baño y las duchas para el personal. A su lado está el centro neurálgico del edificio, donde están las calderas, el sistema de recirculación del agua caliente y un sistema energético totalmente eficiente mediante placas solares.

Mascotas

A la derecha de la entrada se encuentran las dos habitaciones destinadas a las mujeres, sus aseos y el almacén del edificio. En el exterior, por su parte, se ha incluido una novedad muy demandada por los ayuntamientos, especialmente por el de Sant Josep, y es que se destine un espacio para que los usuarios pueden tener a sus perros. Por el momento ninguno de los usuarios ha acudido al centro con mascotas.

La consellera insular de Bienestar Social, Carolina Escandell, detalló el pasado martes, durante el acto de inauguración del centro, que la entrada de usuarios sería «escalonada» de manera que «las casuísticas de cada usuario puedan ser perfectamente identificadas por la empresa» encargada de la gestión del centro, en este caso la Fundación Samu. «Se trata de personas con perfiles complejos», recordó la consellera, «cada uno con sus necesidades y, por tanto, tiene que haber una información muy bien estructurada».

Asimismo, indicó que las primeras previsiones apuntaban a que podría haber unas 40 personas susceptibles de entrar en el centro, según las reuniones mantenidas con los servicios sociales de los cinco ayuntamientos, «pero irán aflorando más casuísticas». De cualquier forma, insistió en que la entrada «es voluntaria», por lo que «habrá que hacer pedagogía y trabajo social» con las personas susceptibles de entrar en el centro. Destacó a su vez que, para diseñar este servicio, se basaron en el nivel de usuarios que hubo en el pabellón de sa Blanca Dona cuando hubo que habilitarlo durante la pandemia, «entre 55 y 58 personas». Unos usuarios que «están bastante repartidos entre los diferentes ayuntamientos», donde Sant Joan y Santa Eulària serían los que menos casuística tendrían.