Se ha tratado de una jornada de convivencia entre los propietarios de los puestos de este mercado que tiene lugar todos los viernes junto a la cooperativa y un grupo de 6º de Primaria del Colegio Santísima Trinidad de la localidad en la que fundamentalmente se ha potenciado y dado a conocer las costumbres que se llevaban a cabo antiguamente en Ibiza con motivo de estas fechas tan señaladas.
Así, los jóvenes han podido hacer trencada de pinyons y, sobre todo, han escuchado de primera mano una muy interesante charla de apenas unos minutos en la que el historiador y cura de Sant Antoni, Francesc Xavier Torres Peters, les ha explicado lo que hacían sus padres, abuelos y bisabuelos antes de que llegara Halloween y lo invadiera todo.
«Antiguamente era costumbre en la isla que durante la noche de Difuntos, previamente al Día de Todos los Santos, se celebrara una gran cena con productos de temporada como frutos secos, granadas o boniatos a una hora temprana para posteriormente rezar el Rosario, encender una vela o lámpara de aceite y dejar todos los restos encima de la mesa para las almas de los fieles difuntos», ha explicado este viernes por la mañana a Periódico de Ibiza y Formentera, el propio Francesc Xavier Torres Peters.
Después, según ha recordado el cura de Sant Antoni, «en el Día de Todos los Santos, era tradición que los niños de la isla acudieran por las casas con latas, campanillas y caracolas para hacer ruido y recordar a las almas difuntas repitiendo aquello de Què hi ha res, per les ànimes?, ni res pels cossos, idò mal te caigui el cul a trossos, i tu el recullis a mossos, per mi ses molles, i per tu els ossos».
Además, durante todo el día, las campanas de las iglesias «tocaban a muerto y eran muchos los niños que acudían a los campanarios a ayudar mientras se alimentaban con lo que había sobrado del día anterior».
Menos granadas, boniatos y membrillos
Por otro lado, algunos productores del mercado han asegurado que este año no será tan fácil consumir algunos productos típicos de estas fechas como granada o boniatos «ya que no han madurado lo suficiente y están muy duros» ni membrillos «al estar demasiado verdes».
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