A tan solo cinco kilómetros de Santa Eulària se encuentra Cala Llonga, una de las zonas más turísticas y populares del municipio y de la isla de Ibiza. Allí se encuentra la playa de Cala Llonga.
Cuenta con más de 200 metros de longitud y 90 metros de anchura por lo que, a diferencia de otras calas de la isla, encontrar sitio para estirar la toalla no es tarea difícil. De hecho, en Cala Llonga se pueden encontrar infinidad de hamacas y sombrillas y aún así queda libre una gran zona de arena para el resto de bañistas que prefieren estar sobre la arena. «Lo que destacaría de Cala Llonga es su comodidad. A mi me queda a 10 minutos de casa, es accesible con los ‘nenes' y aparcar el coche no es un calvario», señaló Ana a Periódico de Ibiza y Formentera.
Muy familiar
Quizá una de las características que más destacan de la playa, además de su comodidad y accesibilidad como destacan algunos bañistas, es el entorno en el que se encuentra. Cala Llonga está situada prácticamente en un acantilado, donde reina una frondosa vegetación solo ocupada por algún que otro hotel o urbanización.
En sus alrededores se puede encontrar varias tiendas de souvenirs, hoteles, bares, tiendas de alimentación o boutiques. Esto la convierte en una de las zonas preferidas para turistas. Pese a eso, es una de las playas más tranquilas de la zona.
Sus aguas son tranquilas y transparentes y, además, en los meses de temporada alta cuenta con bombas submarinas encargadas de renovar el agua constantemente.
Asimismo, es una playa poco profunda y para llegar a cubrir a una persona debes adentrarte bastante. Todo esto, sumado a la zona de juegos en la arena situada a escasos metros, la convierten en una playa ideal para familias con niños.
3 comentarios
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London-callingSiempre que haya gente que lo recuerde y lo cuente, la historia seguirá viva, yo estoy recopilando historias y recuerdos de mi familia pera que la nueva generación sepa de sus orígenes....desde luego eres un ibicenco más, gracias por compartir un poco de la Ibiza que conociste
Nací en una pequeña casa antigua al lado del Hotel Palladium en los años 60. La casa es ahora un restaurante frente a las canchas de tenis. Se llamaba Sa Pedro Mari. Mis padres tuvieron la casa desde 1951 hasta el 1965, cuando construiron otra casa detras de Sta. Eularia. No había NADA allí. La casa fue utilizada para el contrabando antes y un verano había un militar alemán, guapo y divertido que se alojaba en un almacén donde ahora está el hotel. Mi padre en la RAF durante la guerra y mi familia estaban abajo por un embarcadero de cemento. El alemán bajó cuando vino un viejo barco de pesca rojo e hizo el saludo militar a mi padre y nos despidió y se fue. Mi padre saludó a cambio: ¡dos advesarios unidos! La tela de arana. ¡Uno de mis recuerdos más poignent de la época! Las mujeres vestidas de negro con traje tradicional, los heridos republicanos de la Guerra Civil jugando dominó en el kiosko de Sta Eularia, los caballos y los carros y la primera cabina telefónica pública. La historia se olvidó y se fue.
Rodeada,de espantosos edificios, en lo que es, sin duda,una gran aberración urbanística, otra,de tantas en la isla. Tuvo que ser hermosa.