El obispo Vicente Ribas explicó que este cargo supone un «nuevo encargo pastoral», lejos de privilegios o reconocimientos de ningún tipo. «Es un servicio», apostilló.
Según los nuevos Estatutos del Cabildo, los párrocos de los distintos templos ubicados en Vila pasan a ser nombrados canónigos por razón del cargo, solo durante el tiempo que desempeñen su labor en estas iglesias ibicencas.
Aun así, los nuevos canónigos quisieron rodearse de amigos y familiares en el acto celebrado este sábado. Miguel Ángel Riera, párroco en Santa Cruz, reconoció su disposición para llevar a cabo «aquello que la Iglesia nos solicita».
Según detalló también, la labor de un canónigo es encargarse de todo lo relacionado con la Catedral de Ibiza, desde el culto al mantenimiento de los bienes patrimoniales. «Cada canónigo recibe un encargo del cabildo para realizar diferentes funciones en la Catedral. La gran diferencia es que antes los canónigos solo se dedicaban a este templo y ahora también a otras parroquias», afirmó.
No será hasta este próximo jueves cuando los cuatro celebren una primera reunión para intercambiar impresiones y ponerse al día de todo lo relativo a la Catedral de Ibiza.
Antes de empezar la ceremonia, uno de los familiares de Riera, vecino de Puig d´en Valls, no podía ocultar su emoción.
El padre Alejandro también destacó que, tras su nombramiento, estará al servicio de la Iglesia pitiusa, cumpliendo con los diferentes encargos que le vayan asignando.
Otros sacerdotes como el vicario general de la Diócesis, Marcelo Jofré, o el padre Demetrio, de la comunidad ucraniana en Ibiza, acompañaron a los canónigos en la toma de posesión. Jofré señaló que la de este sábado era una «jornada importante» para la Catedral de Ibiza.
Jaiver Betancourt, antes del inicio de la celebración religiosa, agradeció al obispo su confianza a la hora de elegirle para este nuevo cargo y explicó que «mi aspiración, dentro de mis limitaciones, es aportar lo máximo que pueda para el buen funcionamiento de la Catedral».
«Soy natural de Colombia, pero desde que llegué a Ibiza me han hecho sentir uno más», dijo también. Precisamente, Betancourt estuvo acompañado por vecinos de Sant Miquel, lugar en el que permaneció hasta hace unos meses.
Durante el acto, seguido también por turistas que visitaban el templo y se topaban con la celebración, el obispo recordó que la Catedral «es la casa común de todos los ibicencos y formenterenses y aquí nos tenemos que sentir acogidos todos». «Vosotros tenéis que cuidar de este templo que, como nos decía Isidor Macabich, nuestro historiador, es altar de tantas razas», concluyó.
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