No hay nada más efectivo para transmitir un mensaje que explicarlo de forma espectacular y al mismo tiempo cercana. Partiendo de esta premisa la Asociación Española Contra el Cáncer se ha propuesto llevar a más de mil estudiantes de Ibiza y Formentera entre ayer y hoy un mensaje de concienciación sobre lo que supone esta enfermedad, cómo se puede detectar y que medidas han de tomarse para intentar prevenirla en la medida que sea posible.
Una idea que surge directamente del programa Ciencia para todos con el que además, según aseguraron ayer su promotores, pretenden «divulgar la ciencia y acercar la investigación a la sociedad, generando interés por la vocación científica entre los más jóvenes», en este caso todos ellos estudiantes que están matriculados entre 1º y 6º de Primaria en centros escolares de las Pitiusas.
Los encargados de impartir estos talleres son un equipo que ha sido bautizado como Voluntarios por la Ciencia y que en el caso de nuestras islas estuvo compuesto por un total de nueve expertos. Todos ellos proceden de distintos ámbitos de las ciencias e incluyen desde estudiantes de carreras universitarias relacionadas con esta rama o con ciencias de la salud a profesionales que ya están graduados, que trabajan en algún proyecto de investigación e, incluso, un doctorando en la Universitat de les Illes Balears.
Un nutrido grupo que, «movidos un interés y un compromiso común en la lucha contra el cáncer y por el fomento de los proyectos de investigación» se multiplicarán entre ambos días para poder llegar a lo largo de la mañana a los colegios Sa Graduada, Poeta Villangómez, Guillem de Montgrí, Santa Eulària y Jesús en la isla de Ibiza y los colegios Sant Ferran de ses Roques, Mestre Lluís Andreu, El Pilar y Virge Miraculosa en la de Formentera durante el día de hoy.
Dos talleres sorprendentes
En total el programa Ciencia para todos imparte en las aulas dos talleres que tienen la capacidad de sorprender y educar al mismo tiempo.
Tal y como explicó ayer por la mañana a Periódico de Ibiza y Formentera Giovanna Gutiérrez Abasolo, coordinadora de voluntariado de la Asociación Española Contra el Cáncer, ambas actividades «están pensadas fundamentalmente para enganchar a los alumnos desde el primer al último minuto, transmitiéndoles al mismo tiempo mensajes e ideas que posiblemente nunca olvidarán en su vida y que también puede que le sean muy importantes para que puedan entender lo importante que es la prevención en una enfermedad tan importante como es el cáncer».
En este caso, el primero de los talleres está dirigido a niños y niñas que están estudiando los cursos de 1º, 2º y 3º de Primaria y lleva por nombre El súper poder antioxidante de las frutas.
Básicamente, consiste en echar agua impregnada con Betadine en folios blancos e inmediatamente después colocar encima distintas frutas u hortalizas como las naranjas o los pepinos para que según cual sea el agua acabe tintándose de un color distinto. Se trata de un método efectivo y original tal y como aseguró Giovanna Gutiérrez Abasolo. «Tenemos comprobado que tiene mucho éxito porque es como si ellos mismos hicieran magia casera, porque es muy visual y porque con ello conseguimos que los niños y niñas entiendan de forma efectiva el poder antioxidante que tienen muchos de estos elementos y como éstas pueden ayudarnos a proteger nuestras células de posibles daños contribuyendo además a que podamos prevenir enfermedades como el cáncer».
Por su parte, el segundo de los talleres lo han bautizado desde la AECC como Luminis – ciencia. En este caso está pensado para que se desarrolle entre alumnos de 4º, 5º y 6º de Primaria y, según la coordinadora de voluntariado de la AECC, con él «se pretende transmitir cómo los científicos son capaces de diferenciar las células buenas de las enfermas cuando las extraen de un tejido o de un trozo de piel».
Así, poniendo de ejemplo algunos de los animales que brillan en la oscuridad como las medusas, la luciérnaga o el pez abisal – que hace las delicias de los pequeños al aparecer en la famosa película de animación Buscando a Nemo –, los voluntarios colocan dos botellas idénticas, una con tónica y otra con agua con gas para aplicarles tratamientos a base de azúcar y sal que a simple vista reaccionan igual. Sin embargo, la sorpresa llega después cuando al aplicarles una linterna de luz ultravioleta todos ellos comprueban con la boca abierta como la tónica brilla al tener quinina y el agua con gas no, «descubriendo con este símil algunos de los procesos con los que los investigadores intentan combatir contra el cáncer».
Finalmente, los niños participantes se marchan a su casa con una sonrisa de oreja a oreja, habiendo aprendido algo que muy probablemente nunca olvidarán, con una identificación original de investigadores por un día que les entrega la Asociación Española Contra el Cáncer y unos folletos donde pueden encontrar más información. Una jornada tremendamente completa y útil.
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