Según ha podido saber Periódico de Ibiza y Formentera , Benalal realizó su alta en el partido de Jorge Campos de manera telemática, mientras esperaba en el aeropuerto de Palma un avión que le desplazara a Ibiza.
Una afiliación que realizó de manera «discreta», según sus propias palabras, y sin que mediara ningún tipo de negociación con la formación verde. De hecho, el propio presidente de Vox en Baleares no tuvo conocimiento de la afiliación hasta que, un día después, le pasaron los datos del nuevo afiliado para, como es costumbre en este partido, llamarle para darle la bienvenida.
«Bastante frustrante»
Benalal aseguró que «ni he hablado ni tengo proyectado hablar nada con Vox para las próximas elecciones». Una decisión que justificó, básicamente, porque «estoy acabando mi legislatura y, francamente, no tengo intención, hoy por hoy, de renovar mi cargo», por lo que «descartaría que me volviera a presentar a las elecciones». Algo que aún no puede garantizar definitivamente porque, quizás, «por algún factor se podría decidir que yo puedo ser un buen candidato, pero hoy a mí no me interesa».
Y es que, según explicó Maxo Benalal a este periódico, «ha sido una legislatura que me ha quemado. En cuestión de trabajo ha sido bastante frustrante, y no estoy con la idea de volverme a presentar para nada». Entre otras cosas, destacó el diputado no adscrito, «me han obligado a votar cosas contra natura, coas para las que no he sido elegido, y simplemente para reírle la gracia al gobierno que está aquí de turno. Al final fue eso lo que empezó a crear todo este problema con la dirección balear del partido», reconoció.
Una polémica que tuvo su punto de artificial porque, según desveló Benalal, cuando fue expulsado de Ciudadanos el secretario nacional de Organización, Borja González, «delante de dos diputados autonómicos me dijo que me habían expulsado por lo que hice contra Patricia Guasp, pero que en tres meses pidiera la reintegración en el partido, que se me aceptaría».
Reconoció a su vez que su paso a Vox ha sido «algo simbólico», aunque fruto del trabajo que ha realizado en los últimos meses con esta formación ya que, al ser diputado no adscrito, el reglamento del Parlament no le permite presentar ningún tipo de iniciativa «y se las pasaba a Vox, que las registraba». «A mí me gusta lo que hago, me gusta servir para algo, y a lo mejor hay una propuesta que pueda ser interesante, aunque hoy por hoy no me interesa, pero es un tema del que no creo que se hable hasta seis meses antes de las elecciones».
Benalal insistió a su vez en que su paso a Vox no va a variar nada su posición como diputado no adscrito, ya que el reglamento no permite que un diputado que deja un grupo pueda pasar a otro.
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