Coll destacó que, en lo que va de año, ya son dos las familias de Ibiza a las que se ha ayudado en este sentido. La media anual de casos de este tipo en la Pitiusas es de 8 a 10, tal como explicó el presidente de Aspanob. Coll agradeció la donación porque «son 3.000 euros caídos del cielo». Reconoció que «el grueso de los fondos de la asociación se consiguen a través de actos benéficos y se han visto muy afectados con la llegada de la pandemia, las subvenciones institucionales no llegan a cubrir el 35% del presupuesto».
Cinco pisos
El presidente de Aspanob quiso subrayar la importancia de los pisos que su asociación pone a disposición de las familias que lo necesitan. Se trata de cinco viviendas en Mallorca, con 20 habitaciones en total, en los que las familias de los niños enfermos pueden permanecer durante el tiempo que duran los tratamientos de sus hijos. Además la asociación, que ya cuenta con 35 años de experiencia, dispone de otro piso más en Barcelona para las familias que necesiten hacer tratamiento allí. En caso de que no hubiera plazas en los pisos, o de que las familias debieran desplazarse a otras ciudades, la asociación corre con los gastos de un hotel.
Más allá de las soluciones habitacionales, Coll explicó que desde Aspanob también se ofrece apoyo a familias desestructuradas en colaboración con los Servicios Sociales.
Estas ayudas son consecuencia de la falta de una unidad de oncología pediátrica en Ibiza, situación que Coll explicó que es debido a que esta unidad solo se considera necesaria a partir de los 50 casos al año.
Marisina Marí y Alba Pau, voluntarias de Fundación Conciencia, fueron las encargadas de entregar el talón a Aspanob junto a la autora y a la ilustradora del cuento Moshi, Meritxell Ramis y Paquita Marí respectivamente, cuya venta es la responsable de la recaudación.
Alba Pau quiso subrayar que, tal como le han hecho llegar las familias que han tenido que usar estos pisos, «allí no se sienten solos. En estos pisos encuentran el calor del hogar necesario para atravesar el duro episodio que supone tener a un hijo enfermo de cáncer, acompañados por otras familias con el mismo problema».
Moshi
Marí explicó que la recaudación conseguida con el cuento Moshi les ha permitido ayudar a familias concretas de niños con cáncer y con problemas específicos y que, por otro lado, les llegó la información de la labor de Aspanob, por lo que decidieron destinarles esta ayuda.
Pau fue también la impulsora del cuento, cuya idea se gestó cuando se mandaron en marzo de 2017 cuatrocientas bicicletas desde Ibiza hasta Moshi, en Tanzania, gracias a la Asociación Proyecto Juntos, y su experiencia en ese viaje a África. «Gracias a la solidaridad de los ibicencos conseguimos mandar las bicis y repartirlas en dos orfanatos pero tuvimos tantas anécdotas, como cuando unos elefantes cerraron el paso al reparto, que un día ya le dije a Carlos Ramon que todo daba para escribir un libro y así empezó todo». Unos problemas durante la elaboración del cuento llevaron a Pau a tomar la decisión de destinar la recaudación a ayudar a niños con cáncer, en cualquiera de sus necesidades.
De la tirada de 3.000 unidades de Moshi, Pau cuenta que les queda una cuarta parte, que esperan poder vender en la parada que montarán para el día de Sant Jordi.
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