En el marco de Madrid Fusión, la Cumbre Mundial de la Gastronomía que celebra su 20 aniversario y que se desarrollará del 28 al 30 de marzo, podremos conocer al joven o a la joven pasteler@ que se alce con el título de Pastelero Revelación, un galardón que reconoce el trabajo de las nuevas promesas de la cocina dulce.
Los seis finalistas han sido seleccionados por la organización entre jóvenes que destacan por «la originalidad y perfección técnica» de los trabajos que realizan en sus respectivos puestos, ya sea en restaurantes u obradores de pastelería. La finalidad del galardón es reconocer «la gran labor» que están llevando a cabo en España «algunos de los más prometedores talentos del universo dulce», según informa Madrid Fusión.
A sus 25 años, Mariana Rey ha acumulado ya algún galardón como responsable de repostería del Hotel-Restaurante Hard Rock (Ibiza) gracias a sus combinaciones con chocolate, cítricos y frutos secos. Se formó en la escuela Le Cordón Bleu de Madrid y continúa su aprendizaje en la de Jordi Bordas en Barcelona.
Diego Trillo y Noelia Quintán, de la Pastelería Pandejuevo (Cee, A Coruña), son finalistas por elaborar a diario «una repostería artesana de raíces gallegas» a partir de dulces tradicionales de su tierra. Un espacio a la vista donde los aromas a mantequilla, a chocolate, frutos secos y café inundan el ambiente y atraen a su fiel clientela.
Ausiàs Signes se encarga de los postres en el restaurante Tatau Bistró (Huesca), donde ofrece elaboraciones «ligeras, frescas y de bajo contenido en azúcar». Composiciones dulces que resuelve como si se tratara de platos salados con un riguroso sentido de las temporadas. Trabaja y emplata en el último momento, no utiliza moldes y le entusiasman el aceite de oliva, las frutas y el chocolate.
Los postres de Ander Rodríguez (San Sebastián) constituyen uno de los hitos del restaurante donostiarra Narru donde trabaja a diario. De sus manos salen composiciones imaginativas, personales, con las que demuestra tanta capacidad creativa y perfección técnica como sentido del equilibrio. Algunos de sus hitos, la crema de queso templada y la tarta de manzana, crean adición entre sus clientes. Lo mismo que el bizcocho fluido de avellanas y cítricos o la piña asada al té negro, entre sus especialidades más logradas.
Kibsaim «Kibi» Lugo, del restaurante Casa Romántica (Gran Canaria), resalta por «los juegos de texturas, volúmenes y contrastes de temperaturas». Es un joven profesional autodidacta que busca continuamente la provocación golosa de sus comensales.
Fuera del ámbito de los restaurantes está Angelica Locantore, de Panadería Panem (Madrid), donde pone en práctica su licenciatura en Nutrición y Dietética para fusionar «ingredientes dispares» sin disparar las calorías.
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