Joan F. Ribas, en Can Jordi Blues Station. | Daniel Espinosa

Si ustedes acuden a un concierto o a un festival de música en Ibiza echen un vistazo alrededor del escenario o cerca de los músicos. Si se fijan bien podrán ver que entre ellos se mueve con discreción y agilidad un hombre de pelo corto y barba canosa captando cada imagen de lo que allí sucede con su inseparable cámara de fotos. Es Joan F. Ribas, considerado como el gran fotógrafo de los grupos y cantantes de la isla de Ibiza y de otros muchos que vienen a tocar aquí.

Ibicenco, nacido un 2 de junio de 1962, empezó en el mundo de la fotografía como hobby cuando era analógica y después de un parón y tras un cambio de trabajo en 2012 volvió a «cogerle el gustillo» hasta convertirse una década después en alguien imprescindible siempre que suena la música. De hecho son muchos los grupos que opinan que un concierto suyo no es lo mismo si Joan F. Ribas no está cerca con su cámara.

Más de 70 grupos

A pesar de que también hace fotografías de retratos, construcción o gastronomía, su trabajo en la música le ha llevado a tener un archivo de más de 45.000 fotografías en las que aparecen más de 70 grupos o cantantes.

Joan F. Ribas explicó a Periódico de Ibiza y Formentera que todo comenzó en Can Jordi Blues Station, un lugar que considera «la auténtica catedral de la música en directo en Ibiza» y que nunca ha abandonado. «Descubrí ese lugar un poco por casualidad y como desde el primer día se portaron tan bien conmigo y me pusieron tantas facilidades se ha convertido en mi lugar de referencia y en mi lugar preferido para trabajar a pesar de que durante todo este tiempo he hecho fotos en otros sitios y festivales».

En el famoso bar de carretera ha tenido «la inmersa fortuna» de haber fotografiado a cantantes y grupos muy diversos. Sin embargo, tal y como aseguró Ribas, Uncle Sal ha sido el que ha acabado cautivando al fotógrafo ibicenco hasta el punto de haberse convertido en su fotógrafo personal. «Más allá de su indudable calidad musical se han convertido en mis amigos fuera de los escenarios y por ello intento acompañarles a sus conciertos y actuaciones, les hice hice fotografías para sus dos últimos discos, The american dream y You Ain’t No Bluesman, y hemos publicado un libro muy especial, titulado Then I Meet Uncle Sal con más de un centenar de imágenes de cuatro años de conciertos».

Estas fotografías y las que va publicando en las redes sociales reflejan un estilo muy particular y fácilmente identificable. «No sé si es mejor o peor mi forma de entender la fotografía de conciertos pero intento transmitir con mis imágenes la magia del momento, el dinamismo que hay sobre un escenario, todo lo que se vive cuando se está interpretando una canción o tocando una guitarra o una batería, y por eso creo que tal vez mis fotografías se podrán decir que están muy cerca de las emociones».

Algo que hace que ninguna de las fotografías de Joan F. Ribas sea igual. «Cada emoción, cada momento, cada canción, cada baile, cada momento antes de empezar es distinto, no hay ninguno igual, y esto es algo que me emociona de mi trabajo, el que suponga un reto constante en cada concierto o festival».

Otra de las cosas que más le gustan al fotógrafo ibicenco es el contacto con la gente y con los grupos. «Es sin duda una de las cosas más bonitas de estar con la cámara de aquí para allá porque al final conoces a mucha gente y aquí en Ibiza, por lo general, todo el mundo es muy agradecido poniéndote muchas facilidades para poder moverte entre el escenario y el público».

«A veces descanso»

Joan F. Ribas confiesa que intenta siempre que puede ir acompañado de su cámara de fotos. Incluso cuando está de vacaciones, aunque destaca con una sonrisa que no es fotógrafo las 24 horas del día y que hay días en los que prefiere «descansar y disfrutar del paisaje» dejándola en el hotel.

En este sentido, ante el auge de los teléfonos móviles y sus cámaras, lo tiene claro. «Sinceramente no creo que los fotógrafos profesionales se tengan que preocupar porque aunque es cierto que hay móviles y cámaras muy buenas, nunca podrán competir con lo que hace un fotógrafo profesional con sus medios y sus años de experiencia y aprendizaje».