Cabe apuntar que, en los perros, tanto la identificación como la vacunación son obligatorias. Para los gatos, lo será tan pronto como el Gobierno central apruebe la nueva ley estatal, aunque el Ayuntamiento de Sant Josep ya lo tiene previsto en su ordenanza municipal. En este caso, lo que sí sucede es que el Colegio de Veterinarios de Baleares obliga a poner la vacuna contra la rabia si se quiere implantar el chip identificativo. Por tanto, explicó Nauda, no es una cuestión que ellos se hayan «sacado de la manga».
Preguntada por la respuesta de los ciudadanos, la concejal afirmó que la gente ya sabía que tenía que identificar y vacunar a sus perros. Esta norma ya figura en la ordenanza de buen gobierno de Sant Josep y, por lo tanto, quien no la cumpla se expone a una sanción, tal como ya ha sucedido en varios casos. Con los gatos, sin embargo, «hay más resistencia», aseguró Nauda. La razón puede estribar en que hay gente que los alimenta, pero no se quiere hacer cargo de ellos, porque, una vez que alguien identifica a un animal, asume una responsabilidad civil si esa mascota comete algún daño y muchas veces resulta difícil evitar que los gatos salgan de la propiedad privada del dueño. «No hay cultura de chips para gatos, pero sí hay gente, como yo, que se los pone», declaró la edil de Sant Josep.
Nauda insistió en que no sucede lo mismo con los perros, porque, al ser obligatorio, «está más normalizado». Al respecto, Nauda lamentó que, en ocasiones, parece que haya que «obligar a la gente para que tome conciencia». Aun así, el Ayuntamiento se ha encontrado con algunos que no tienen chip, como pasó hace una semana con una perrita mayor a la que al final se le implantó después de que su dueña acudiera a buscarla.
La concejal remarcó la importancia de los chips en caso de pérdida, como el anterior, y también para avisar al dueño si el animal es encontrado atropellado o muerto en otras circunstancias. En otros casos en que el animal aparece abandonado, la mayoría de ellos lleva el chip.
En este sentido, Nauda adelantó que van a proporcionar lectores de microchips al personal de limpieza del Ayuntamiento por si alguno de ellos encuentra a alguna mascota muerta o abandonada, para que no sea necesario llamar a la Policía o a la Protectora de Animales.
Nauda cree que «seguramente» se repetirá esta campaña en el futuro, especialmente si se aprueba la ley nacional que obligue a poner chips a los gatos. En ese caso, el Consistorio organizará otra para ayudar económicamente a los ciudadanos a tener a sus mascotas de forma regulada. Sin embargo, de momento, lo que tiene en mente el Ayuntamiento es comenzar en febrero la tercera campaña de esterilización de gatos, tras las realizadas en 2020 y 2021. Para ello, se destinarán 21.000 euros a tres clínicas veterinarias (las dos que participan en la iniciativa de identificación y vacunación y otra más de Sant Josep). Esta campaña consistirá en esterilización y desparasitación, tanto por dentro (intestinal) como por fuera (pulgas y garrapatas). Para las asociaciones, esto será gratuito, mientras que a los particulares se les ofrecerá un copago.
En este sentido, la concejal advirtió del «problema tan grande» de proliferación de gatos, tanto en Sant Josep como en el resto de la isla, por lo que –y teniendo en cuenta que la capacidad reproductiva de este animal es grande–, dijo, «todas las medidas que se puedan utilizar para evitar el abandono son importantes».
Nauda manifestó su alegría por el hecho de que las citas se agotan en una semana, aunque luego lleve meses esterilizar a todos los animales «porque las clínicas veterinarias no dan abasto». «Siempre que hemos anunciado estas campañas se agotan las plazas enseguida», pronosticó la edil josepí, quien quiso agradecer su ayuda a ciertas asociaciones que informan de dónde están las colonias de gatos que necesitan ser esterilizados antes de poder darlos en adopción. Sin su colaboración, todo sería más difícil.
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