La biblioteca municipal de Ibiza, en el edificio de Can Ventosa de la ciudad de Vila, acoge hasta el próximo 5 de enero del 2022 una original muestra de maquetas elaboradas por Pedro Ortiz. En ellas se pueden ver todo tipo de edificios y construcciones, tanto ibicencas como de fuera de la isla, pero el elemento que las hace diferentes con otras parecidas es que todas han sido elaboradas usando material reciclado.
Según explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera su creador, toledano de nacimiento, residente en la isla desde hace más de medio siglo y dueño durante 31 años del conocido restaurante Es Cigarral, esta es una afición que le viene desde hace mucho tiempo aunque ahora con 78 años y con el confinamiento la volvió a coger con muchas ganas. Sin embargo, el último y definitivo empujón para hacer la exposición se lo dieron sus nietos a los que tras construirles un castillo como el de los personajes de la película Frozen y otro medieval con todo lujo de detalles le animaron a que mostrara al gran público todo lo que tenía hecho.
Finalmente, «recordando sus tiempos de niñez», Ortiz habló con la biblioteca municipal de Ibiza y consiguió el permiso para exponer su trabajo. En total, desde el pasado jueves 10 de diciembre se pueden ver 42 maquetas de tamaños muy variados ya que las más pequeñas tienen 5 centímetros y las más grandes 42. «Yo siempre me recuerdo haciendo todo tipo de construcciones con cualquier cosa que tenía a mano, desde corchos de cava, hasta cajones, cartas, papeles o los cartones de los huevos y como eso es algo que he tenido la suerte de ir manteniendo con el paso de los años me gustaría que los espectadores de la exposición, sea cual sea su edad, pudieran entender lo divertido que puede ser el tiempo libre sin tener a mano tantos juguetes y sin necesidad de tanta tecnología», aseguró Ortiz.
Imaginación desbordante
El ex dueño de Es Cigarral derrocha una imaginación desbordante. Ha sido capaz de recrear con todo lujo de detalles desde el barrio de Dalt Vila donde está la Catedral de Nuestra Señora de las Nieves, con los edificios de alrededor, hasta el mundialmente conocido Parque María Luisa de Sevilla. También está la ermita del Cristo de la Vega en su Toledo natal y a la que tiene un cariño especial «por albergar la única estatua en el mundo de un Cristo que tiene la mano bajada», una casa tradicional ibicenca con su propio horno de pan, su chalet, la fachada del restaurante Es Figueral, un molino ibicenco y otro castellano, el Faro de la Mola, una casa de perfumes y hasta un circo que incluye un original puesto de helados y un vendedor de globos.
En todos ellos, Ortiz ha empleado todo lo que tenía mano o que le guarda su mujer «sin gastar apenas dinero, salvo para comprar cola blanca con la que pegarlo todo». Así, hay columnas elaboradas con el plástico transparente de los famosos bolígrafos de la marca BIC, o torres creadas con los soportes del papel higiénico. Eso sin olvidar las cajas de zapatos que se han convertido en viviendas, los cartones que usa para los tejados o los palillos para los mástiles de las banderas.
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