En este sentido, la directora del Arxiu, Fanny Tur, quiso dejar claro a Periódico de Ibiza y Formentera «que en ningún momento se trata de archivos que se sacaron en su día desde Formentera hacia Ibiza sin que nunca más fueran devueltos si no que fundamentalmente se trata de documentación y correspondencia que se producía y se cruzaba con la ciudad de Eivissa». No en vano, hasta 1889 Formentera perteneció administrativamente a ella «primero, hasta 1725 como sede de la Universitat, el órgano que gobernaba las Pitiusas, y después, tras la aplicación de los Decretos de Nueva Planta, como sede del Ayuntamiento».
En muchos documentos aparecen los sellos oficiales de las administraciones.
No en vano, la mayoría de estos documentos que se encuentran celosamente guardados con todas las medidas necesarias para su conservación, son actas, cartas, peticiones o registros en los que aparece constantemente el nombre de Muy Ilustre Ayuntamiento de la Ciudad de Ibiza y Formentera. «El principio archivístico fundamental dice que un documento tiene que estar custodiado donde se ha producido y en este caso la isla no tuvo identidad administrativa propia hasta que la Diputación Provincial acordó el 12 de abril de 1889 el restablecimiento del término municipal de Formentera atendiendo a una petición formulada por la mayor parte de sus habitantes», explicó Tur.
Las referencias más antiguas
Las referencias más antiguas a la isla las encontramos en els llibres de Juraria y en els llibres dels oficials, que se custodian en el archivo. En ellos se reflejaban todos los acuerdos que se tomaban en el Consell Secret o en el Consell General ya que durante siglos todo pasaba por la antigua Universitat, al ser el órgano que dirigió la vida de las dos islas desde el siglo XIII hasta que en 1715 el Decreto de Nueva Planta que promulgó entre 1707 y 1716 el rey Felipe V de Borbón tras ganar la Guerra de Sucesión acabó con su función.
Incluso, según aseguró Fanny Tur, gracias a la documentación encontrada en el Llibre de la Cadena, donde se copiaban los documentos más importantes de la institución y las prerrogativas y derechos de los ciudadanos de la época, «han llegado hasta nuestros días informaciones muy interesantes que nos permiten conocer con todo lujo de detalles algunos de los distintos intentos de repoblar Formentera que hubo hasta finales del siglo XVII y las condiciones que se pusieron desde la Corona de Aragón a algunos voluntarios sin que, desgraciadamente, nunca pudieron llevarlas a cabo».
Estas cartas y clasificaciones sirven para entender como eran las clases.
Archivados por temas
Después, la documentación de los siguientes siglos, está perfectamente archivada por los temas que se tratan en ellos en el edificio de Can Botino en fundas de PH Neutro o cajas especiales que garantizan su conservación.
Así, por ejemplo, es fácil encontrar cartas o documentos oficiales en los que se tratan asuntos relacionados con las infraestructuras de la época como, por ejemplo, la ampliación del cementerio de Formentera que ya a mediados del siglo XIX se había quedado pequeño. También hay numerosos padrones municipales con datos muy útiles ya que incluyen todo tipo de detalles acerca de su población.
Incluso, hay un apartado especial para todo lo que se generaba en los antiguos juzgados, antes de que fueran trasladados definitivamente a Ibiza. En este caso, Tur aseguró que «históricamente tienen un gran valor ya que permiten conocer con gran detalle expedientes en los que se habla de robos, peleas, asesinatos o, incluso, casos de escándalos públicos en los que veían involucrados parejas al mantener relaciones ilícitas».
El personal del Arxiu Històric d'Eivissa i Formentera que encabeza Fanny Tur tiene perfectamente clasificados todos los documentos para que se puedan consultar.
Otros de los volúmenes más importantes de documentación son los que hacen referencia a la educación. Tal y como explicó la directora del Arxiu, «se trata de una gran cantidad de documentos que se trasladaban directamente hasta el Ayuntamiento de Ibiza porque desde la puesta en marcha en 1857 de la Ley Reguladora de la Enseñanza, conocida popularmente como Ley Moyano gracias a su impulsor Claudio Moyano, las escuelas de Primaria que había en territorio español eran todas de competencia municipal».
Así, por ejemplo, resulta curioso descubrir los nombres de los alumnos que estaban matriculados en las escuelas públicas de Formentera además de detalles como su procedencia, el nombre por el que eran conocidos o los días que habían faltado a clase durante ese curso escolar. Incluso, se conserva en perfecto estado una carta enviada por una maestra de la escuela directamente al Ayuntamiento de Ibiza para que se arreglara el techo de del edificio donde actualmente está la sala de exposiciones Ajuntament Vell después de ocupar el edificio del ayuntamiento tras haberse derrumbado a causa de las lluvias. Una carta que, por cierto, recibió contestación aprobando la reforma y el presupuesto.
En cartas como estas aparece el sello de la Alcaldía de San Fernando.
Cartas personales y oficiales
Otra parte muy importante es la correspondencia vía carta, tanto personal como oficial, en la que aparece el nombre de Formentera o se hace referencia directamente a ella.
Según la directora del archivo, «también son documentos de un alto valor histórico para investigadores de toda España porque ayudan a entender como era la vida en aquellos tiempos y como ha cambiado la isla a lo largo de los siglos».
En estas misivas «se habla cómo en las primeras décadas del siglo XVIII la forma de vida en la isla de Formente ra era tremendamente precaria, con apenas 200 habitantes, o como muchos ibicencos acudían regularmente a llevar animales a que pastaran o a recoger leña». Incluso, «se deja constancia de cómo aumentaba considerablemente la población en verano al ser la época de recoger la sal».
Misiva dirigida al Muy Ilustre Ayuntamiento de la Ciudad de Ibiza y Formentera.
En este sentido, uno de los casos más curiosos lo encontró la propia Fanny Tur gracias a su labor de investigadora «y como apasionada de la isla de Formentera». Lo encontró en el Llibre de Actes de la Universitat y sucedió entre 1721 y 1722 viéndose involucrados un bergantín procedente de la ciudad francesa de Marsella que quiso hacer puerto en Formentera para coger agua y víveres en medio de una epidemia de peste brutal, el Capitán General de Mallorca, la Universitat de Eivissa que por entonces todavía no era ciudad sinó Vila i Reial Força y hasta la Corona. Entre todos se intercambiaron misivas para impedir tal atraque en el puerto y no poner en peligro el proceso de repoblación de la isla. «Son cartas fundamentales porque gracias a las explicaciones, las peticiones y las respuestas de unos y de otros podemos conocer con todo detalles todo lo que sucedía y como se vivía en la Formentera de la época».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.