A las 17.00 horas, momento que abrían las puertas, ya había largas colas de ‘clubbers’ esperando para entrar. | Daniel Espinosa

Federico nunca había viajado a Ibiza y ayer no podía ocultar su alegría puesto que iba a ver a su ídolo, Dj Michael Bibi. Natural de Turín y estudiante en Barcelona, este joven de 22 años es una de las centenares de personas que, bajo un sol de justicia y mascarilla en boca, hicieron horas de cola para acceder al DC-10, la discoteca de ses Salines que reabrió ayer sus puertas a partir de las 17.00 horas para ofrecer 12 horas de música. Las ganas de volver a bailar en una discoteca en Ibiza eran tan grandes que antes de esa hora la cola de gente esperando era kilométrica.

Tras dos años prácticamente sin ocio, Federico reconocía estar «muy feliz» por volver a disfrutarlo: «Siempre hacemos cosas para el futuro: estudiamos, trabajamos, pero la razón para ser feliz hoy es ésta: escuchar música y estar con la gente».

Cola para entrar este lunes por la tarde al DC-10.

Como el italiano, el granadino Rubén Rodríguez explicaba que es residente en Ibiza y que «echaba de menos la fiesta». «Vamos a tope con ello», añadía. Asimismo, el mexicano Erwin relataba que estaba pasando unos días en Ibiza justo para celebrar su cumpleaños.

Toni, natural de Sevilla, había viajado a propósito desde la ciudad andaluza para asistir a la fiesta. «Sólo para ver a Michael Bibi», destacaba. Por su parte, Martín, argentino residente en Puig d´en Valls, estaba dispuesto a vivir una «experiencia única» asistiendo a una de las míticas fiestas de Ibiza.

Desde Zurich, también Julia celebraba la «casualidad» de viajar a la isla y que justo reabriera la discoteca. «Quiero pasarlo bien, bailar todo el rato», afirmaba. De repente, se dio cuenta de que no llevaba mascarilla. «No sabía que la tenía que llevar. ¿Tenéis una para dejarme?», preguntaba.

Justo antes de recibir a los primeros clubbers, Antonio Carbonaro, promotor de Circoloco, reconoció que el todo el equipo estaba ansioso «porque hace dos años que esperábamos este día y estamos muy contentos». De hecho, el local no abría sus puertas desde el 1 de enero de 2020. Sobre las medidas impuestas por el Govern, este italiano no dudó en asegurar que el Ejecutivo balear había sido «muy restrictivo», aunque «lo ha hecho muy bien», sobre todo teniendo en cuenta lo sucedido en otros países que se apresuraron a reabrir el sector para cerrarlo poco después por el aumento de los contagios.

Las cifras
Para el evento de ayer, Carbonaro recordó que el aforo permitido era de 2.700 personas. Las zonas para beber y para bailar estaban perfectamente delimitadas y vigiladas por un equipo formado por unas 120 personas, 70 de ellas trabajadores de seguridad.

Los responsables del evento reconocieron también que reabrir ahora, en pleno mes de octubre, no es rentable, «pero es muy importante abrir para Ibiza, para el turismo y para nosotros, y dar una señal de libertad para el próximo verano».

Quienes quisieran acceder a la fiesta del DC-10 tan solo podían adquirir las entradas -a 80 euros cada una- en la propia discoteca para evitar reventas. «Tenemos 14 Dj,s», destacó Carbonaro. Los asistentes debían presentar el certificado Covid o una PCR realizada 24 horas antes y todos los trabajadores, aunque estuvieran vacunados, se sometieron a un test en la ambulancia aparcada justo a las afueras de la discoteca.

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La valoración
Desde la patronal Ocio de Ibiza, el gerente José Luis Benítez aseguró ayer que los empresarios que abran ahora «son unos valientes, porque rentabilidad no van a tener puesto que la temporada está prácticamente acabada».

Por otro lado, destacó también la importancia de que la isla vuelva a «esa normalidad», algo que ya se podrá promocionar en las próximas ferias turísticas como la World Travel Market de Londres, según afirmó.

Desde esta patronal volvieron a pedir «responsabilidad» a clientes y trabajadores y «que no se olviden de que esto no se ha acabado». Según el sector, esta reapertura no ha atraído a demasiados turistas, aunque sí las fiestas previstas para finales de octubre, cuando en un mismo fin de semana discotecas como Amnesia y el propio DC-10 van a organizar diferentes eventos. «Si se buscan vuelos para Ibiza durante esos días, se hace bastante difícil», señaló Benítez. «La gente tiene ganas de fiesta», añadió también.

El gerente reconoció que la de ayer se iba «a mirar con lupa»: «Se han reforzado muchísimo con seguridad y con el tema de los medidores de C02. Han puesto su máximo esfuerzo para que esto funcione».

Benítez recordó además que tras las últimas decisiones del Govern, las discotecas no han tenido mucho tiempo de reacción y así, algunas «ni han podido abrir porque no tenían personal o la sala en condiciones».

También los taxistas de Ibiza se beneficiaron ayer con la reapertura, transportando sin parar a clubbers ansiosos de fiesta. De hecho, para muchos el ocio comenzó en la larga cola de entrada a la discoteca. Por norma general, con ropajes oscuros y maquillajes imposibles para las cinco de la tarde, centenares de personas disfrutaron ayer, en pleno mes de octubre, del primer opening de la temporada. Doce horas ininterrumpidas de música, baile y... mascarillas.

La discoteca DC10 celebrará otras dos fiestas con ‘Circoloco' los días 18 y 25 de este mes.

Además de estos eventos, la discoteca Amnesia también abrirá sus puertas para una closing party el día 23 de este mes, un evento para el que ya tiene todas las entradas vendidas. Por su parte, el Hard Rock Hotel Ibiza celebrará una fiesta ‘Children of the 80's' el próximo día 30 de este mes.

Certificado de vacunación o PCR negativa
La normativa del Govern para la reapertura del ocio nocturno en Baleares establece un aforo máximo del 75% en interior y del 100% en exterior, así como la necesidad de presentar el certificado de vacunación en puerta para poder entrar o PCR negativa. Debe haber una zona acotada para bailar, otra para beber y no se permite el consumo en barra. Los ‘clubbers', además, deben asistir con mascarilla.