El individuo fue puesto a disposición judicial por un delito de amenazas graves. | Daniel Espinosa

Detenido por un delito de amenazas graves tras protagonizar en Ibiza un episodio entre violento y grotesco. Ocurrió a última hora del martes. El protagonista: un hombre de 35 años y nacionalidad paraguaya que amedrentó a la clientela de una terraza esgrimiendo unas tijeras como arma al tiempo que mostraba sus genitales a los presentes.

Según informaron ayer fuentes policiales, tras ser identificado por varios testigos y afectados, el individuo fue detenido como presunto autor de un delito de amenazas graves, ya que lanzó varias amenazas de muerte al tiempo que mostraba las tijeras.

La patrulla de la Policía Nacional se trasladó hasta el escenario del suceso después de que un comunicante alertase a la sala del 091 sobre el violento episodio.

Amenazas de muerte
Según relataron testigos presenciales, el hombre «estaba bebido y agresivo». La tensión iba en aumento hasta que sacó a relucir unas tijeras con las que amenazó de muerte a varios de los presentes. Entre amenaza y amenaza, el individuo mostró en varias ocasiones sus genitales.

Cuando las unidades de la Policía Nacional llegaron al lugar el hombre ya había depuesto su actitud.

Fuentes policiales relataron que varios testigos corroboraron los hechos y las amenazas vertidas por el individuo que todavía se encontraba en el lugar y que fue señalado por varios de los presentes.

Tras realizar las pertinentes comprobaciones los agentes procedieron a la detención del hombre, que fue puesto a disposición del juez de guardia.

Según señalaron fuentes judiciales, el detenido quedó en libertad con cargos.

Episodios violentos
El episodio protagonizado por este hombre se produjo una semana después del protagonizado por un individuo armado con una motosierra en la Marina.

En aquella ocasión, el hombre fue reducido y detenido por la Policía Nacional después de atacar a un vecino de la calle d'Enmig.

El agresor también había amenazado previamente a la víctima con un cuchillo. La juez de guardia lo envió a prisión.