Las mascarillas y el gel hidroalcohólico seguirán siendo obligatorios en colegios e institutos. Educación ha reducido la distancia de seguridad entre alumnos a 1,2 metros. Algo que, según explica la presidenta del Consejo Escolar de Baleares (CEIB) y de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Ibiza (FAPA), Pepita Costa, permitirá, entre otras cosas, el regreso de los trabajos cooperativos.
Mascarilla en el patio
Uno de los debates es si conviene liberar a los alumnos de la mascarilla en el patio. El presidente de la Associació Professional de Docents d'Eivissa (APDE), Joan Amorós asegura que «no tiene sentido que los alumnos lleven ya mascarillas en el patio, cuando pueden ir sin ellas por la calle», máxime «al haber vigilancia».
La experiencia es un grado y, de cara al curso que está a punto de comenzar, los profesionales consultados por este periódico coinciden que, si algo aprendieron del curso anterior, fue que es necesario que la formación sea 100% presencial. «La semipresencial», asegura Pepita Costa, «tiene efectos muy nocivos». El portavoz del sindicato STEi en las Pitiusas, Pere Lomas, señala, por su parte, que «hay que favorecer como sea la presencia de los alumnos en las aulas porque lo que se hizo el año pasado son parches que no ayudan ni a la docencia ni al alumnado».
«La escuela ha de ser presencial», abunda el presidente de la APDE, «es totalmente necesario y lo vimos durante el confinamiento. Pero el problema son las ratios, que Educación ha decidido volver a elevarlas».
El número de alumnos por aula es percibido como uno de los principales problemas del curso 2021-2022. Los centros pitiusos han constatado los resultados positivos de la reducción de ratios: mejor atención y menor conflictividad.
Por eso, piden a Educación que busque fórmulas para rebajar las cifras contratando más profesores. Esto permite una atención más personalizada, sobre todo, a quienes presentan más dificultades.
Pepita Costa se desmarca de esta opinión al afirmar que, si la presencialidad de los alumnos depende de las ratios, las familias prefieren que estas sean más elevadas. «Si hay que elegir entre semipresencialidad y ratios», explica, «preferimos ratios más elevadas. No estamos preparados para la semipresencialidad. Tiene efectos muy nocivos».
Por otro lado, los tres coinciden a la hora de subrayar que durante el curso será necesario prestar especial atención a aquellos alumnos que se hayan visto más afectados por la pandemia.
En unos casos, porque la crisis ha provocado en sus hogares graves problemas económicos. En otros, porque han perdido a algún ser querido y no lo están gestionando emocionalmente de forma adecuada. Y, finalmente, hay niños y adolescentes que viven esta situación con especial preocupación por el bombardeo de información. «La pandemia está teniendo efectos psicológicos muy importantes en los jóvenes», relata Pepita Costa, «son muy sensibles y todo esto les afecta también a nivel escolar».
Refuerzo
Esta situación lleva a estos profesionales a reivindicar una mayor atención a los alumnos que se ven afectados de forma tan directa por la crisis. «Necesitamos un refuerzo, que recuperen la ilusión», afirma la presidenta del CEIB, «hemos pasado momentos muy duros, pero, como adultos, nos toca demostrarles que saldremos adelante. En los centros hay orientadores, psicólogos y trabajadores sociales. Son tres figuras esenciales. Pero hacen falta más medios porque hablamos de alumnos que han perdido la perspectiva de futuro ante tantos escenarios apocalípticos. Hay que centrarse en ellos».
Joan Amorós recuerda que «casi todos los centros hacen actividades relacionadas con las emociones y los sentimientos» con el fin de que los alumnos se expresen. Sin embargo, el profesorado «llega hasta donde puede». Los maestros no son psicólogos y no siempre pueden actuar como les gustaría.
Amorós señala al respecto que el principal problema en estos casos es la falta de servicios para su atención. Cuando el colegio desvía a estos alumnos a un servicio determinado, se encuentran con que o no tiene profesionales o las citas son demasiado espaciadas en el tiempo. «Son servicios infradotados y con tiempos de atención muy lentos», lamenta a modo de conclusión, «deberían reforzarse, tanto en salud mental como en temas socioeconómicos».
150 plazas de docente aún sin adjudicar
En Ibiza y Formentera trabajarán este curso unos 1.600 docentes. A día de hoy, hay aún 150 plazas sin adjudicar. Será este miércoles cuando la mayoría de ellas se cubra. Sin embargo, y según denuncia el portavoz del STEi, Pere Lomas, es muy probable que unas 20 queden vacantes. Educación tuvo dificultades el curso pasado para encontrar profesores de Formación Profesional que impartieran clases de cocina, catalán o alemán. «Al final», recuerda Lomas, «ofrecían las plazas a profesores que ni siquiera se habían apuntado a la bolsa de Ibiza y Formentera».
Encontrar profesores dispuestos a venir a las Pitiusas es difícil. Sobre todo, por el problema de la vivienda, según explica el representante del STEi. Esto provoca que, por ejemplo, sea muy complicado cubrir sustituciones de poca duración. «A la larga, todas las plazas se cubren, pero siempre empiezas el curso con complicaciones por este motivo y esto repercute en la calidad de la enseñanza», lamenta Lomas.
El portavoz del STEi, no obstante, deja claro que los docentes que trabajan en Ibiza y Formentera «son buenos profesionales y ponen todo de su parte, tal y como demostraron durante el curso pasado». Sin embargo, añade, «las voluntades políticas son las que son» y la educación no parece que sea una prioridad para el Govern a pesar de que «es uno de los pilares fundamentales de la sociedad y un factor igualitario».
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